Frases y Diálogos de la película "Mank". Director: David Fincher, Guion: Jack Fincher, Música: Trent Reznor, Atticus Ross, Fotografía: Erik Messerschmidt (B&W).
Reseña A.S.B: David Fincher no es guionista, sino un gran director. De esos que pueden sacarle todo el provecho a un buen guión y sacar una buena película de un guión mediocre. Su larga carrera como director de vídeos musicales de los artistas más importantes en la década de los 80 debió darle mucha experiencia en su desarrollo audiovisual. Este año, luego de seis sin haber estrenado un largometraje, en parte por su trabajo en la serie "Mindhunter", vuelve con uno de sus proyectos más personales. "Mank" fue un guión originalmente concebido por Jack Fincher, el padre de David, quien estaba obsesionado con la historia de Herman Mankiewicz, el reconocido guionista de la MGM y certificado co-guionista del "Ciudadano Kane" de Orson Welles.
La película tiene la estructura de un biopic tradicional, con muchos flashbacks, que intentan retratar las condiciones y el ambiente de la industria de Hollywood en la década de los 30, en plena Segunda Guerra Mundial y Post Gran Depresión, el trabajo de creación de los guionistas y la particular concepción del guión del "Ciudadano Kane". De hecho, los recurrentes flashbacks ayudan a observar el mundo y los personajes que inspiraron a Mank a escribir su gran guión, y el desencuentro con el joven cineasta, Orson Welles, por los créditos del guión, de la que ha sido nombrada muchas veces como la mejor película de la historia del cine.
Pero aunque tiene la estructura de un biopic tradicional, la historia en sí tiene gran interés, especialmente si reconoces a los personajes que aparecen, los esbozos a los movimientos sociales y políticos que se caldeaban en la época. Y Fincher hace un muy buen trabajo en la dirección, con el formato que le da, la atmósfera y la fotografía, que le dan una apariencia muy clásica y elegante a la narración. Sin mencionar el buen trabajo de los actores, especialmente de Gary Oldman como Mank, quien interpreta muy bien a ese genio maldito consumido por sus propios vicios. Por lo que creo, que aunque a nivel narrativo es bastante formal, Fincher como siempre, logra darle un plus adicional a la historia. En general, la veo como una bella película sobre la creación, el trabajo creativo del guionista (homenaje de Fincher a su padre) y un veraz e inquietante retrato de la industria en épocas de guerra. Recomendada.
Marion Davies: Tu guion le dio en el clavo a algo. A lo solitario que fue él de pequeño. Cuando mi madre escuchó que él era uno de los más ricos del país, dijo: "Apunta más alto". Siempre ha sido muy bueno conmigo. Amo a ese viejo, Mank.
En 1940, a los 24 años, Orson Welles llegó a Hollywood tentado por una RKO Pictures en aprietos con un contrato a la altura de su talento narrativo. Se le dio total autonomía creativa, no tendría ninguna supervisión y podría hacer cualquier película, sobre cualquier tema, con los colaboradores que quisiera...
John Houseman: Escribes para el cine porque lo haces bien.
Herman Mankiewicz: Ahora, con permiso, tengo una montaña de trabajo. Setenta y seis páginas.
John Houseman: Cuando ella traduzca tus garabatos inentendibles, serán menos de 40. A este paso, jamás acabarás.
Herman Mankiewicz: Lo que quiero saber es qué te parece.
John Houseman: La redacción es de alto nivel, lo sabes. Su ambición, tu descripción de su sed de amor de quienes temen su peor faceta, pero...
Herman Mankiewicz: El temible pero predecible "pero".
John Houseman: Le pides demasiado al público. En resumen, es un revoltijo.
Herman Mankiewicz: ¿Dijiste "revoltijo" o "regocijo"?
John Houseman: Una mezcla de frases sin relación, fragmentos que brincan por el tiempo, como frijoles saltarines.
Herman Mankiewicz: Bienvenido a mi mente.
John Houseman: La historia está tan dispersa que el público necesitará un mapa.
Herman Mankiewicz: ¿Te parece caótico?
John Houseman: ¿Por qué no simplificarlo?
Herman Mankiewicz: Como dijo Pascal: "Si hubiera tenido más tiempo, habría escrito una carta más corta".
John Houseman: Sólo digo que nadie escribe así.
Herman Mankiewicz: Pues yo escribo así, Houseman. Ya lo hice. La narrativa es un enorme círculo, como una espiral. No hay una línea recta que apunte a la salida más cercana. No puedes plasmar toda la vida de un hombre en dos horas. Sólo se puede crear una impresión de ella.
Herman Mankiewicz: Espero que, si esto se filma, me perdones.
Marion Davies: Y yo espero que, si no se filma, tú me perdones a mí.
Herman Mankiewicz: ¿Hola?
Orson Welles: ¿Mank? Acabo de terminar la primera edición y estoy muy complacido e impresionado.
Herman Mankiewicz: ¿En serio? Me alegra.
Orson Welles: Necesita trabajo, claro, pero no es nada que no podamos resolver juntos.
Herman Mankiewicz: Pues me deleita escucharlo.
Orson Welles: Houseman te llevará mis notas. Mientras, yo iré pasando todo en limpio.
Herman Mankiewicz: Confío en tu criterio.
Orson Welles: Ese Houseman... Entonces, ya lo sabrás. Ninguna cadena nos exhibirá. RKO tendrá que demandar por boicot. Seguro recibirán una contrademanda. Si tu hermosa casa está a tu nombre, sería buena idea ponerla a nombre de la pobre Sara. ¿Sigues ahí, Mank?
Herman Mankiewicz: Sí. ¿Dónde si no?
Orson Welles: Dejé lo mejor para el final. Adivina quién ofreció comprar todo y enterrar la película para siempre.
Herman Mankiewicz: ¿Fue Hearst?
Orson Welles: Mank, me sorprendes. ¿Otelo sospechó de Desdémona antes de hablar con Yago? Mayer.
Herman Mankiewicz: ¿Qué dijo RKO?
Orson Welles: Nada por ahora, pero tendrá ventaja si logra...
Herman Mankiewicz: Deberías venir.
Orson Welles: Sí, en cuanto termine con...
Herman Mankiewicz: Hoy, de ser posible.
Orson Welles: Oye, ¿dije algo que no debí? Espero que no hayas perdido el valor.
Herman Mankiewicz: El valor es lo único que me queda.
Herman Mankiewicz: ¿Estás aquí para hacer tu intento, Schnutz?
Sara: ¿Qué intento?
Herman Mankiewicz: Hacerme cambiar de opinión.
Sara: Nunca tuve mucho éxito en eso, Herman. Al final, siempre haces lo que quieres.
Herman Mankiewicz: Ya vino Charlie, vino Joe y vino Marion. Por una razón u otra, todos quieren que me retire. ¿Quieres saber lo que decidí?
Sara: En realidad, no.
Herman Mankiewicz: Tras 20 años de dicha conyugal, la lealtad ciega puede ser algo sofocante.
Sara: Bien. Aquí voy. Cuántas veces lo habré ensayado. Siempre he criado a tus hijos, yo sola. Soporté tu alcoholismo suicida, tus apuestas compulsivas, tus tontas aventuras platónicas. Me lo debes, Herman. Joe no promete nada, pero cree que, si haces las paces con Mayer, puedes recuperar tu trabajo.
Herman Mankiewicz: ¿Eso quieres que diga?
Sara: Sé cuál será tu respuesta, así que no me pidas que te dé el sello de aprobación de la pobre Sara.
Herman Mankiewicz: ¿Por qué me aguantas tanto, Schnutz? ¿Porque parezco estrella de cine o por mi gran diplomacia?
Sara: Supongo que porque, al estar casada contigo, Herman, jamás me aburro. ¿Me agoto? Sí, y casi siempre me desesperas, pero, tras haber entregado tanto, debo quedarme para ver cómo resulta todo. Y decidas lo que decidas, por favor, piensa en aquellos a quienes más les importas. Y otra cosa, Herman. No quiero que nadie me llame "pobre Sara" nunca más.
Louis B. Mayer: ¿Quién demonios te crees que eres, Mankiewicz? No eres más que un bufón de la corte. Y déjame decirte un pequeño secreto. ¿Tienes idea de quién paga la mitad de tu salario? Él paga la mitad de tu mísero salario. Él, maldito ingrato. No lo sabías, ¿verdad? ¿Quieres saber por qué? Porque le gusta tu forma de hablar. No tu forma de escribir, tu forma de hablar. ¿Eso no aplasta tu orgullo?
Orson Welles: Antes de empezar, sé que tienes algo que necesitas decir.
Herman Mankiewicz: Ahora que lo mencionas, así es.
Orson Welles: Creo que lo que dije te molestó. Sé que tu salud no es perfecta y entiendo que eso va primero.
Herman Mankiewicz: ¿En serio?
Orson Welles: El lío con el estudio, esta demanda. Y ni hablar de lo que nos espera. A tu edad, es comprensible que quieras retirarte.
Herman Mankiewicz: Tengo 43, pero aprecio la consideración.
Orson Welles: Se negaron a comprar la parte de Mayer, así que todo empieza a desmoronarse. Hablé con RKO. Te diré qué proponen hacer. En reconocimiento al excepcional trabajo que has hecho, ofrecen liberarte de la edición y respetar el pago íntegro. Más 10.000 dólares. ¿Qué dices?
Herman Mankiewicz: Eso es más que generoso. Pero no tengo intenciones de retirarme.
Orson Welles: Está bien. ¿Qué te está molestando entonces?
Herman Mankiewicz: Esto no te va a gustar, Orson. Quiero mi crédito.
Orson Welles: ¿Cómo dices?
Herman Mankiewicz: Es el mejor guion que he escrito.
Orson Welles: Haz a un lado la gratitud. Que sea tu mejor trabajo no es casualidad. Retiré toda distracción, eliminé todas las excusas: tu familia, tus secuaces, el licor. Te di otra oportunidad.
Herman Mankiewicz: Y te estoy muy agradecido.
Orson Welles: Pero una tarea arriesgada conlleva el peso de una gran responsabilidad. Dada tu salud, dudo que puedas manejarlo.
Herman Mankiewicz: Yo tampoco lo sé, pero lo averiguaré.
Orson Welles: ¡Tal vez nunca vuelvas a trabajar en esta ciudad!
Herman Mankiewicz: Orson, por favor...
Orson Welles: Entonces, ¡me obligas a recordártelo! ¡Tenemos un contrato que entendiste y aceptaste! Si peleas, esto se irá a lo que tu nuevo gremio llama "arbitraje" y tú, amigo mío, perderás el guion, dinero y, suponiendo que aún exista en Hollywood, el respeto de aquellos que tienen palabra. ¿Cómo puedo decir esto sin insultar?
Herman Mankiewicz: Tal vez yo suelo perder el control, pero tú, amigo mío, eres un forastero. Están cansados de mí y me lo he ganado, pero tú te crees el gran salvador del universo y sólo esperan desecharte.
Orson Welles: ¡Recuérdame no volver a trabajar con un alcohólico fracasado! ¡Está bien! Tendrás tu crédito, pero pregúntate: ¿quién produce esta película, la dirige y actúa en ella?
Herman Mankiewicz: Eso necesitamos cuando Susan deja a Kane. Un acto de violencia pura.
Orson Welles: Tal vez.
Herman Mankiewicz: Irving, eres un hombre culto. Sabes distinguir entre comunismo y socialismo. En el socialismo, se comparte la riqueza. En el comunismo, la pobreza.
Louis B. Mayer: Si tienes un problema, busca a papá. En este mundo, el comprador no recibe nada por su dinero, salvo un recuerdo. Lo que compra sigue perteneciéndole a quien se lo vendió. Esa es la verdadera magia del cine, que nadie te diga lo contrario.
Louis B. Mayer: Muchacho, hay tres reglas en este estudio. Regla número uno: Ars Gratia Artis. "El arte por el arte". Gastamos un millón de dólares al año en historias que no se filman. ¿Por qué no? Te lo diré. No me hacen llorar. ¿Qué me hace llorar? Las emociones. ¿Dónde siento emociones? Aquí, aquí y aquí (Cabeza, corazón entrepierna). Regla número dos: Quizá escuchaste que MGM tiene más estrellas que el cielo. Jamás lo creas. Sólo tenemos una estrella: Leo, el león. Nunca lo olvides. Muchas estrellas lo olvidaron y ahora brillan en otra parte. Número tres: Todos creen que MGM es por Metro-Goldwyn-Mayer. No es así. Es por Mayer gantze mishpoje. "Toda la familia de Mayer". Jamás lo olvides.
John Houseman: Jamás me han despedido.
Herman Mankiewicz: Jamás no me han despedido.
John Houseman: Nadie me despide.
Herman Mankiewicz: No es tan desagradable como te lo imaginas. Te preocupas demasiado, John. ¿Qué haces para divertirte?
- Mank. No te veía desde... el funeral de Jack Gilbert.
- Yo no te veía desde el de Shelly Metcalf.
- ¿Ha pasado tanto? ¿Cómo has estado, Mank?
- Entre películas.
- Creí que seguías en MGM.
- Sigo ahí.
- Escucha, ve a verme a International. Negociaremos algo.
- Ya fui a verte. Me hiciste la misma invitación en el funeral de Shelly. No logré pasar de la secretaria de tu secretaria.
- ¿En serio? Un gusto verte, Mank.
(En las noticias)
Y el ganador del mejor guion original es: Herman J. Mankiewicz y Orson Welles, por El ciudadano Kane. Primera nominación y victoria para el Sr. Mankiewicz y el Sr. Welles. Ninguno pudo asistir hoy. Quien recibe el premio es el presidente de RKO, el Sr. George Schaefer.
Herman Mankiewicz: Si me preguntan cómo hubiera sido mi discurso de agradecimiento, pues aquí va. Me complace mucho aceptar este premio de la forma en que se escribió el guion, lo que quiere decir, en ausencia de Orson Welles. ¿Qué tal?
Periodista: ¿Por qué comparte el crédito?
Herman Mankiewicz: Pues esa, amigo, es la magia del cine.
Herman Mankiewicz murió 11 años después por complicaciones derivadas de su alcoholismo. No volvió a trabajar con Orson Welles, escribir un guion original ni pelear para recibir crédito. Le confió a una amistad: "Parece que soy una rata y he quedado atrapado en mi propia construcción, una trampa que reparo siempre que aparece la posibilidad de abrir una salida que me permitiría escapar". Tenía 55.
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