Frases y Diálogos de la película "Women Talking" (Ellas Hablan). Directora: Sarah Polley, Guion: Sarah Polley, Miriam Toews. Novela: Miriam Toews, Música: Hildur Guðnadóttir, Fotografía: Luc Montpellier.
MiniReseña: Tengo un enorme respeto y aprecio por la directora, guionista, actriz y cantante canadiense Sarah Polley, quien ha dirigido dos excelentes películas y un gran documental (Lejos de ella, Take This Waltz, Stories We Tell), por lo que el anuncio de “Women Talking” me despertó cierta expectativa. Polley adapta conjuntamente con la autora, Miriam Toews, el guión de su libro del mismo nombre. Toews, quien nació en una comunidad menonita conservadora, se inspira para su novela en los hechos ocurridos y denunciados en una colonia menonita en Bolivia entre los años 2005 y 2009, en donde mujeres y niñas se levantaban adoloridas y con evidencia de abuso sexual. Con el tiempo y gracias a otros hombres de la colonia se descubrió que algunos hombres de la comunidad drogaban con anestésicos para animales a las mujeres para poder abusar de ellas. Entonces Toews en su libro adapta esta historia pero imaginando un rumbo diferente, haciendo que las mismas mujeres descubran la verdad y se reúnan para planear tomar acciones al respecto. Polley lleva al cine esta adaptación junto a la autora y hasta ahora la he visto dos veces. La primera vez no me gustó mucho, y en el segundo visionado me gustó un poco más. Ahora explicaré por qué:
Ver reseña completa en el siguiente link:
Autje: En la colonia, las niñas teníamos poco acceso a la educación. Apenas sabíamos leer o escribir. Pero ese día... aprendimos a votar. Los votos empataron entre quedarse y luchar, o irse. Así que tres familias, incluidas la tuya y la mía... fueron elegidas para decidir qué harían las mujeres. Tu madre le pidió a August, el maestro de la escuela... que llevara la minuta. August regresó a la colonia hace poco. Excomulgaron a su familia hace años. August había amado a tu madre desde niño. Antes de que empezáramos... tu abuela, Agata, nos dijo que debíamos honrar nuestro servicio mutuo. Y así lo representamos. Tal como Jesús lavó a sus discípulos en la Última Cena... sabiendo que había llegado su hora. Teníamos 24 horas para imaginar el mundo en que nacerías.
Mariche: ¿Y la seguridad... la tranquilidad, el hogar y la familia? ¿Qué hay del matrimonio... y del amor, Ona?
Ona: Yo no sé de esas cosas... de ninguna de ellas. Excepto el amor... y... hasta el amor es un misterio para mí.
Ona: Yo no sé de esas cosas... de ninguna de ellas. Excepto el amor... y... hasta el amor es un misterio para mí.
Ona: También he estado pensando en el versículo de filipenses... y he pensado en lo que es bueno. La libertad es buena. Es mejor que la esclavitud. El perdón es bueno. Es mejor que la venganza. Y la esperanza por lo desconocido es buena... es mejor que el odio a lo conocido.
Agata: August, eres el maestro de los niños. ¿Qué piensas? ¿Los niños de esa edad representan un riesgo para nosotras?
August: Sí. Probablemente. Los niños de 13 y 14 años son capaces de causar mucho daño a niñas y mujeres. Y a ellos mismos. Es una edad impetuosa. Están poseídos por impulsos imprudentes... euforia física... e intensa curiosidad que, a menudo, resulta en heridas. Tienen emociones desenfrenadas... tales como profunda ternura y empatía... pero sin suficiente experiencia o desarrollo cerebral... para comprender las consecuencias de sus palabras o acciones. Son como los potrillos. Jóvenes, torpes, alegres, fuertes. Son criaturas altas, musculosas y sexualmente curiosas... con escaso control de sus impulsos, pero son niños. Son niños y se les puede enseñar.
August: Sí. Probablemente. Los niños de 13 y 14 años son capaces de causar mucho daño a niñas y mujeres. Y a ellos mismos. Es una edad impetuosa. Están poseídos por impulsos imprudentes... euforia física... e intensa curiosidad que, a menudo, resulta en heridas. Tienen emociones desenfrenadas... tales como profunda ternura y empatía... pero sin suficiente experiencia o desarrollo cerebral... para comprender las consecuencias de sus palabras o acciones. Son como los potrillos. Jóvenes, torpes, alegres, fuertes. Son criaturas altas, musculosas y sexualmente curiosas... con escaso control de sus impulsos, pero son niños. Son niños y se les puede enseñar.
August: Sólo soy un mediocre maestro de escuela... un granjero fracasado... pero, sobre todo, un creyente. Y creo que con la guía adecuada... amor firme y paciencia... estos muchachos son capaces de volver a aprender sus roles en la colonia. Creo en lo que el gran poeta... Samuel Taylor Coleridge, pensó que eran las reglas básicas de la educación. "Trabajar por amor... y así, generar amor. Para habituar la mente a la precisión intelectual y la verdad. Para impulsar el poder imaginativo". Dijo... "Poco se enseña por concurso o disputa... todo por compasión y amor". Creo que los chicos deberían poder irse con las mujeres... Siempre que las mujeres elijan irse.
Ona: ¿Por qué el amor...? La ausencia de amor, el fin del amor, la necesidad de amor... ¿se traduce en tanta violencia?
Autje: De donde vengo... de donde viene tu madre... no hablábamos de nuestros cuerpos. Así que, cuando sucedía algo así, no había lenguaje para eso. Y sin ese lenguaje, había un silencio muy incómodo. Y en ese silencio, estaba el verdadero terror.
Autje: A veces creo que la gente ríe para no llorar.
Mariche: ¿Cómo sabemos de qué son culpables?
Autje: Lo sabemos.
Mariche: Sabemos que las condiciones fueron creadas por hombres... y que estos ataques han sido posibles... por las circunstancias de la colonia. Y esas circunstancias fueron creadas y decretadas por hombres.
Salome: Espera, ¿no estarás sugiriendo... que los agresores son tan víctimas... como las víctimas de los ataques? Que todos nosotros, hombres y mujeres... somos víctimas de las circunstancias de las cuales se creó la colonia.
Mariche: De algún modo, sí.
Autje: Lo sabemos.
Mariche: Sabemos que las condiciones fueron creadas por hombres... y que estos ataques han sido posibles... por las circunstancias de la colonia. Y esas circunstancias fueron creadas y decretadas por hombres.
Salome: Espera, ¿no estarás sugiriendo... que los agresores son tan víctimas... como las víctimas de los ataques? Que todos nosotros, hombres y mujeres... somos víctimas de las circunstancias de las cuales se creó la colonia.
Mariche: De algún modo, sí.
Autje: Cuando despertábamos... sentíamos manos que ya no estaban... los ancianos decían que habían sido fantasmas... o Satanás. O que mentíamos para llamar la atención. O que había sido un acto de imaginación salvaje femenina. Continuó durante años. Nos pasaba a todas. Era una sensación de ingravidez. Como flotar sobre lo que solía ser real. Era como si desapareciéramos... como si ya no estuviéramos invitadas a ser parte de lo real. Solía preguntarme quién sería si no me hubiera pasado a mí. Solía extrañar a la persona que pude haber sido. Ya no.
Janz: Perdonar es parte de nuestra fe. Siempre perdonamos a quienes nos ofenden. ¿Por qué no ahora?
Salome: Ahora conocemos la verdad.
Janz: Seremos excomulgadas... forzadas a dejar la colonia en desgracia si no los perdonamos. Y si nos excomulgan, perderemos nuestro lugar en el Cielo.
Salome: Ahora conocemos la verdad.
Janz: Seremos excomulgadas... forzadas a dejar la colonia en desgracia si no los perdonamos. Y si nos excomulgan, perderemos nuestro lugar en el Cielo.
Janz: Puedes reírte, Salome... pero tendremos que abandonar la colonia si no los perdonamos. ¿Cómo nos encontrará el Señor... si no estamos en la colonia?
Salome: Si Jesús puede renacer, vivir miles de años... y bajar a la tierra para llevarse a sus fieles... también será capaz de encontrar... a unas cuantas mujeres.
Salome: Si Jesús puede renacer, vivir miles de años... y bajar a la tierra para llevarse a sus fieles... también será capaz de encontrar... a unas cuantas mujeres.
Salome: Está bien. No me distraeré más... No puedo perdonarlos. Nunca los perdonaré.
Mejal: Yo tampoco puedo.
Mejal: Yo tampoco puedo.
Janz: Pero queremos entrar al Reino de los Cielos. Aquí tenemos todo lo que queremos.
Salome: No.
Janz: Desea menos. ¿Entrar al Reino de los Cielos no significa nada para ustedes?
Ona: Debe haber algo... por lo que valga la pena vivir esta vida, no sólo la próxima.
Salome: No.
Janz: Desea menos. ¿Entrar al Reino de los Cielos no significa nada para ustedes?
Ona: Debe haber algo... por lo que valga la pena vivir esta vida, no sólo la próxima.
Agata: Ona, por favor, háblanos más sobre el comunicado que propones.
Ona: Hombres y mujeres tomaremos las decisiones colectivamente para la colonia. A las mujeres se les permitirá pensar. A las niñas se les enseñará a leer y escribir. La escuela debe mostrar un mapa del mundo... para que podamos entender nuestro lugar en él. Una nueva religión, tomada de la antigua, pero enfocada en el amor... que será creada por las mujeres de la colonia. Nuestros hijos estarán a salvo.
Ona: Hombres y mujeres tomaremos las decisiones colectivamente para la colonia. A las mujeres se les permitirá pensar. A las niñas se les enseñará a leer y escribir. La escuela debe mostrar un mapa del mundo... para que podamos entender nuestro lugar en él. Una nueva religión, tomada de la antigua, pero enfocada en el amor... que será creada por las mujeres de la colonia. Nuestros hijos estarán a salvo.
Mariche: Ona, eres una soñadora.
Ona: Somos mujeres sin voz. No tenemos nada a lo que volver. Hasta los animales viven más seguros que nosotras. Todo lo que tenemos son nuestros sueños. Claro que somos soñadoras.
Ona: Somos mujeres sin voz. No tenemos nada a lo que volver. Hasta los animales viven más seguros que nosotras. Todo lo que tenemos son nuestros sueños. Claro que somos soñadoras.
Greta: Yo también lo siento, Mariche. No intenté protegerte a ti o a tus hijos de Klaas. Y lo que dices es cierto. No tuviste elección. Lo perdonaste una y otra vez... como te dijeron que debías hacerlo. Como yo te lo dije. Lo siento. Lo siento. Lo siento. Creo que todas lo sentimos mucho, Mariche. Lo que tuviste que soportar fue un... Mal uso del perdón.
Mejal: ¿Existe tal cosa? ¿Un perdón que no sea bueno?
Greta: En algunos casos, puede que el perdón... se confunda con permiso.
Greta: En algunos casos, puede que el perdón... se confunda con permiso.
Agata: ¿Hemos tomado una decisión? ¿Nos iremos?
Autje: Sí. (…) Ya lo sabemos. Nos vamos porque no podemos quedarnos.
Autje: Sí. (…) Ya lo sabemos. Nos vamos porque no podemos quedarnos.
Si conoces otras frases, diálogos o monólogos que destacar de la película Women Talking (Sarah Polley) deja tu comentario ;)
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