Frases y Diálogos de la película "El conde de Montecristo" (Le Comte de Monte-Cristo). Directores: Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière, Guión: Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière. Novela: Alejandro Dumas, Música: Jérôme Rebotier, Fotografía: Nicolas Bolduc.
MiniReseña: Sigue en carteleras de cine del país y la ciudad esta muy buena adaptación de la clásica novela de Alejandro Dumas. La película tiene una excelente producción, con gran despliegue de los elementos técnicos, buenas actuaciones, buen ritmo y estructura, que hace que las tres horas que dura apenas se noten. La novela de Dumas es un drama de época y de aventuras, que además recorre los caminos de la venganza, el poder y el amor. Vale la pena verla en pantalla grande, y aunque tiene ligeros cambios en la adaptación con respecto a la versión original, me gustó el resultado final.
Edmond Dantès: ¿Qué desea saber, Señora?
Mercedes: ¿Es cierto que ha visto tanto que viajó tanto, que sufrió tanto?
Edmond Dantès: ¿Qué le hace decir eso?
Mercedes: Sus ojos.
Edmond Dantès: En todo viajero existe el deseo de encontrar algo o de escapar de algo.
Mercedes: ¿Y usted lo encontró?
Edmond Dantès: Mi viaje no ha terminado.
Abad Faria: ... Giuseppe Faria. Yo soy el último sobreviviente, Edmond. Y yo sé dónde está el tesoro. Cuya mitad te corresponde a ti hoy. ¿Pero qué harás con esta fortuna? ¿Harás el bien? ¿O dejarás que tu corazón se llene de odio?
Edmond Dantès: ¿Y usted? ¿Sabe por qué está aquí?
Abad Faria: Sí. A ti querían silenciarte. A mí me querían obligar a hablar. Yo elijo a las personas a las que me confío. ¿No sabes italiano?
Edmond Dantès: No.
Abad Faria: ¿Inglés, árabe, latín, griego?
Edmond Dantès: Sólo conozco el mar.
Abad Faria: Si quieres te enseñaré. Con paciencia y voluntad... en 6 o 7 años, sabrás todo lo que sé. Historia, Filosofía, matemáticas. Son... Son armas que liberan tanto como esa.
Edmond Dantès: ¿Hay alguien ahí?
Abad Faria: ¿Quién eres?
Edmond Dantès: Um, yo... Dantès, Edmond Dantès.
Abad Faria: ¿Cuántos años tienes? Tu voz suena como la de un joven.
Edmond Dantès: Tengo... Ya no lo sé. Tenía 22 años... cuando me encerraron. El 16 de mayo de 1815.
Abad Faria: Fue hace cuatro años. Tienes 26 años.
Edmond Dantès: ¿Cuatro años? Y... ¿Y usted, quién es?
Abad Faria: Un prisionero. Como tú.
Edmond Dantès: Hola Andréa. Angèle me mandó a buscarte.
Andréa: ¿Para qué?
Edmond Dantès: Ella va a morir. Te llevaré para que puedas despedirte de ella. Después nos iremos. Tomaremos... todo el tiempo necesario para estar listos.
Andréa: ¿Listo para qué?
Edmond Dantès: Para vengarnos, Andréa. Vengarnos de los tres hombres que robaron su vida, la tuya y la mía.
Andréa: Quiero matarlos.
Edmond Dantès: Eso sería demasiado fácil. Misericordioso. No. Tenemos que arrancarles el corazón.
Andréa: ¿Quién es usted?
Edmond Dantès: Soy el Conde de Montecristo.
Edmond Dantès: ¿Prefiere el canto a la música de las armas? Sígame.
Albert: Le pido disculpas, conde. No quise faltarle el respeto... a su esposa.
Edmond Dantès: Haydée no es mi esposa. Es mi ahijada.
Albert: Haydée. Qué nombre tan maravilloso.
Edmond Dantès: Es un nombre bastante común en Grecia. Podría traducirse como… pudor o… inocencia.
Albert: ¿Puedo pedirle que me presente a Haydée?
Edmond Dantès: Ud. parece ser un joven digno de confianza. Le voy a presentar a Haydée, pero antes debe hacerme una promesa.
Albert: Se la hago desde ya.
Edmond Dantès: No estoy bromeando. Nunca intente seducirla.
Albert: ¿Entonces cree que soy peligroso?
Edmond Dantès: No. La peligrosa es ella. Si no cumple su promesa, le romperá el corazón y también el de ella. Ella aún no está lista para amar. El secreto de su voz se encuentra en su pasado. Después del asesinato de su padre, fue vendida a una tribu valaca de los Balcanes. Allí la conocí y la acogí. Sabe, hay penas y heridas que tardan años en sanar. Dejan como un velo en el alma. Nunca intente levantar este velo, Albert.
Albert: Se lo prometo.
Haydée: Nunca te perdonaré por quitarle la vida. Y por arrancarme el corazón.
Edmond Dantès: Entonces lo amabas.
Haydée: ¿Si lo amaba? Todo me llevaba a odiarlo, pero ¿sabemos por qué nos enamoramos? No importa cuánto intentemos razonar, es demasiado tarde. Perdimos el equilibrio. Nuestra voz secreta le susurra que ya no hay más casualidad. Pero yo, en vez de escuchar esta voz, escucho la suya. ¡Acabé provocando mi desgracia y la de él! ¿Qué voy a hacer con este amor que no le di? ¿De esas palabras que no le dije?
Edmond Dantès: Sí que las dijo. Y él las oyó.
Edmond Dantès: ¿Puedo hacerte una confesión? La vida francesa todavía me es desconocida, Le pediré que me disculpe si mis modales le parecen demasiado eslavos, napolitanos o árabes.
Danglars: Cuando se es rico, nunca se es demasiado en nada.
Haydée: Eso no le hará recuperar el sueño, Conde.
Edmond Dantès: Tampoco es lo que busco.
Haydée: ¿Teme las pesadillas?
Edmond Dantès: Temo más bien que se me vayan. Me ayudan a mantener mis heridas abiertas.
Haydée: ¿Cómo es que no tiene prometida? ¿Pero tal vez tenga una?
Albert: A mi padre le gustaría que me casara con la hija de un barón. Pero yo... estoy buscando algo que esa señorita nunca tendrá. Ese... encanto indefinido que es para la mujer lo que el perfume es para la flor. O el sabor, para la fruta.
Haydée: No sé si a las parisinas les gusta ser cosechadas y degustadas pero a mí no.
Albert: Eso no es lo que quise decir.
Haydée: Estaba bromeando.
(Carta de Albert)
“Haydée.
Se supone que no debo escribirle. Así que no le escribo.
No debo encontrarme con usted... Así que no le sugiero que nos veamos en el Jardin des Plantes mañana a las cinco. Ese lugar, donde no estaré mañana, contiene las flores más misteriosas de París. Ud. proviene de un país apodado la
tierra de las nubes y los jazmines. En cuanto a las nubes, podemos contar
con el cielo de París Y yo tendré jazmín en el ojal. Así que no le digo hasta mañana. Y no le digo que desde que la vi, su voz y su rostro nunca me han abandonado."
Albert.
(Carta de Edmond)
"Mercedes, vine a decirte adiós allí donde la vida nos separó, hoy hace 21 años. Desde entonces se han roto tantas cosas en mí y a mi alrededor, que el hombre que conociste ya no existe.
Prometí amarte hasta la muerte y durante mucho tiempo después, y siempre te amaré, pero ya no está en mi poder el hacerte feliz. Sólo puedo ofrecerte consuelo. Tu hijo será feliz. Albert y Haydée vivirán la historia que nosotros no pudimos vivir. Felicidad a nuestros hijos que nos sobrevivirán y saborearán
la dulzura del amor. Al escribirte, Estoy viviendo mis últimos momentos contigo.
Todo lo que suceda después serán sólo recuerdos. Los llevaré conmigo al mar, único lugar de la tierra donde todo es horizonte y donde no quedan huellas dejadas por los hombres. Vive y sé feliz. No olvides nada, hasta el día en que, tal vez, la Providencia nos reúna de nuevo, recuerda que toda la sabiduría humana está en estas dos palabras: paciencia y esperanza."
Edmond Dantes,
Conde de Montecristo.
Si conoces otras frases, diálogos o monólogos que destacar de la película El conde de Montecristo (Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière) deja tu comentario ;)
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