Frases y Diálogos de la película "Frankenstein" (Guillermo del Toro). Director: Guillermo del Toro, Guion: Guillermo del Toro. Libro: Mary Shelley. Historia: Guillermo del Toro, Música: Alexandre Desplat, Fotografía: Dan Laustsen.
MiniReseña: Bueno, terminé de ver la película hace unos días, finalmente. Lamentablemente debo decir que tras verla por tres partes. No estoy seguro si en los dos primeros visionados incidió que la empezará a ver muy tarde (tipo 11 P.M.), y ya estaba muy cansado para seguirla. Pero les digo, que me conozco muy bien, y si la película me hubiese atrapado no me hubiese dejado dormir. Por lo tanto, creo que la película, especialmente en su introducción, se hace bastante pesada. Guillermo del Toro personalmente escribió esta adaptación del clásico de Mary Shelley, que era su gran sueño como director. A mí me gusta mucho el libro de Shelley, y debo decir que la adaptación de Del Toro captura parte de la esencia de la novela, pero modifica muchas partes a su gusto para que el relato quede más como una fábula mezclado con melodrama, en donde la mayor parte de su filosofía de trasfondo y su oscuridad, queda minimizado a unos cuantos dilemas morales, y algunos personajes quedan desdibujados. Pero retomando lo pesada que se hace la introducción, me parece que el director dedica mucho tiempo a la versión del creador, porque lo tenemos desde su infancia, y luego en la universidad con extensos discursos sobre sus experimentos. Y todo es interesante, pero se dificulta conectar, porque hay transiciones muy rápidas, mucha información, y no se logra conectar desde el inicio con la parte fundamental de la filosofía o del trauma de Víctor, que es su temprana experiencia con el abandono (la muerte de su madre) y la perfección y rigidez de su padre; elementos que formarán su personalidad y obsesiones. La película sí nos lo muestra pero no se detiene lo suficiente, sino que nos abruma con información adicional. A medida que avanza y llegamos a la parte de la Criatura, la película logra mayor estabilidad narrativa, pero ya ha pasado más de la mitad del extenso metraje. Creo que Jacob Elordi (que nos da un Frankenstein con forma de modelo disfrazado), logra ser verosímil en su papel, le da matices y podemos sentir que a pesar de altura, en ese cuerpo enorme habita un niño, rechazado por su creador y sin dirección. Me gustó más la segunda parte o el tramo final, aunque Del Toro, por supuesto, nos da una conclusión más bonita que la novela, pero le funciona. Como película en general están muy bien reflejados los temas principales, como son la soledad, el abandono, la particularidad en los seres humanos diferentes y los conflictos cuando jugamos a ser dioses, además de la monstruosidad en el ser humano, que engendra otros monstruos. La parte técnica toda es excelente, como era de esperar, la fotografía, el diseño de producción, el diseño de arte, la misma dirección y el vestuario y maquillaje, más los efectos especiales, aunque uno que otro se veía bastante falso. Y en el reparto, ya mencioné a Elordi, pero Oscar Isaac como Víctor, funciona pero no sorprende, y todo el resto del reparto, aunque tiene buenos actores y actrices, resulta bastante desaprovechado, como el de Mia Goth, entre otros. Pero creo que es una adaptación contemporánea decente, que seguro acercará a nuevos lectores a descubrir la novela original, y eso me parece algo positivo. Además que encaja muy bien en la filmografía de Del Toro, él la llevó a su terreno y se apropió del monstruo de Shelley para construir su fábula personal. Sus criaturas muchas veces son seres atormentadas e incomprendidas en busca de la humanidad (hasta el mismo Pinocho). Disponible en Netflix.
Víctor Frankenstein: Volverá y matará a muchos más. A todos, si es necesario, a menos que me entreguen a él.
Capitán: No. Ya no está. Cayó al agua helada. Está muerto.
Víctor Frankenstein: ¡No, no está muerto! No puede morir. He intentado destruirlo. Aunque no me lo crea, volverá... por mí. Y cuando lo haga, debe prometerme que me pondrá afuera en el hielo y dejará que me lleve. Por favor.
Capitán: ¿Qué clase de criatura es esa? ¿Qué clase de demonio lo creó?
Víctor Frankenstein: Fui yo. Yo lo creé.
Víctor Frankenstein: Me llamo Víctor. Víctor Frankenstein. Mi padre me puso ese nombre. ¿Sabe lo que significa?
Capitán: Creo que sí. Conquistador. Quien lo gana todo.
Víctor Frankenstein: Sí. Todo empezó con él. Mi padre. Y mi madre.
Víctor Frankenstein: ¿Padre? La dejaste morir, ¿no?
Padre: Hice todo lo posible por salvarla. Debes saberlo.
Víctor Frankenstein: Entonces fallaste.
Padre: Nadie puede vencer a la muerte.
Víctor Frankenstein: Yo lo haré. Yo la venceré. Sabré todo lo que sabes, y más.
Elizabeth: ¿Tú, el gran Víctor Frankenstein, cometiste un error?
Víctor Frankenstein: La Criatura solo conoce una palabra. "Víctor, Víctor, Víctor". La repite como perico sin rima ni razón.
Elizabeth: Tal vez por ahora esa palabra lo es todo para él.
Víctor Frankenstein: ¿Qué hay de mi dolor? ¿De lo que tú me has negado? Lo que mi corazón quiere.
Elizabeth: ¿Tu corazón? De toda la anatomía humana, ese es el órgano que menos comprendes. Solo los monstruos juegan a ser Dios, barón.
Elizabeth: ¿Y si, al renacer, su espíritu es más simple, más puro...?
Víctor Frankenstein: ¿Puro? ¿Más puro que el del hombre común?
Elizabeth: ¿Y si, sin restricción del pecado, el aliento de nuestro Creador alcanzó su carne herida?
Víctor Frankenstein: Dios mío, Elizabeth. Si me obligara a creerlo, pensaría que veo atracción de tu parte por esa cosa.
Elizabeth: Entendimiento. En esos ojos vi dolor, que es evidencia de inteligencia.
Víctor Frankenstein: ¿Qué hay de mi dolor? ¿De lo que tú me has negado? Lo que mi corazón quiere.
Elizabeth: ¿Tu corazón? De toda la anatomía humana, ese es el órgano que menos comprendes. Solo los monstruos juegan a ser Dios, barón.
Víctor Frankenstein: ¿Más puro que el hombre común? Y yo, de algún modo, el villano. ¿Tu corazón es puro? Te aseguro que no lo es. Yo lo sé. Yo lo puse ahí.
La Criatura: En mis sueños... veo recuerdos. Hombres distintos. Todo son pedazos. Recuerdo... Recuerdo fuego y agua. Y arena bajo los pies. Y una palabra. Una sola palabra. Víctor. (…) Y entonces me enteré del horror de la verdad. Entendí que yo era nada. Un desdichado. Una mancha. Ni siquiera de la misma naturaleza que el hombre. Este dolor se apoderó de mi mente. Jamás me soltó. Y entonces lo vi. Tu nombre. "Víctor Frankenstein". Y dónde encontrarte.
La Criatura: Descubrí lo que soy. De qué estoy hecho. Soy hijo de un osario. Un despojo, ensamblado a partir de desechos y de muertos descartados. Un monstruo.
Anciano: Sé lo que eres. Un buen hombre. Y... eres mi amigo.
La Criatura: ¿Amigo?
Anciano: Amigo.
La Criatura: Me sentí más solo que nunca, porque para todo hombre solo había un remedio para todo el dolor: La muerte, un regalo que también me habías negado. La envidia creció dentro de mí y decidí exigirte una sola gracia. Mi creador. Te exigiría una compañera.
La Criatura: Tengo esta única petición... Haz otro como yo.
Víctor Frankenstein: ¿Y entonces qué? Procreación. Reproducción. ¿Un hogar? ¿Una tumba? Muerte que engendra muerte que engendra muerte. Una raza de demonios que se propagan por la tierra. La obscenidad que se perpetúa.
La Criatura: Para ti soy obsceno, pero para mí simplemente soy.
Víctor Frankenstein: ¡Lárgate! Jamás volveré a hacer algo como tú, retorcido y deforme.
La Criatura: Entonces el centro de todo sigue siendo tu voluntad, Víctor. ¿Esa voluntad terrible que me engendró ahora me condena? ¡El milagro no es que yo hable, sino que tú algún día escuches! Si no has de brindarme amor, daré rienda suelta a la ira. Y la mía es infinita.
La Criatura: Tú te irás ahora, creador. Morirás. Todo será solo un momento. Mi nacimiento. Mi aflicción. Tu pérdida. No me castigarán ni me absolverán. La esperanza que tenía, la ira... Todo eso es nada. La marea que me trajo aquí ahora viene para llevarte y me deja a la deriva.
Víctor Frankenstein: Perdóname. Hijo mío. Y, si tu corazón lo permite, perdónate para existir realmente. Si la muerte es imposible, ten esto en cuenta, hijo mío. Mientras permanezcas vivo, ¿qué más puedes hacer sino vivir? Vive.
La Criatura: Y henos aquí. Exhaustos y acabados. No nos queda nada más que dar ni recibir. La sangre afuera de la tienda... Es mía. Toda mía. Sangro. Padezco. Sufro. ¿Lo ves? No terminará nunca.
Víctor Frankenstein: Lo lamento. El arrepentimiento me consume. Y ahora veo mi vida tal como fue.
La Criatura: Lobos. Una idea, un sentimiento se hizo claro para mí. El cazador no odiaba al lobo. El lobo no odiaba a las ovejas. Pero la violencia entre ellos se sentía inevitable. "Tal vez", pensé, "así funcionaba el mundo". Te cazaría y te mataría solo por ser quien eres.
"Y ASÍ, EL CORAZÓN SE ROMPE,
PERO AUN ROTO, PERVIVE".
(LORD BYRON)
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