Frases y Diálogos de la película "The Wild Pear Tree" (Ahlat Agaci). Director: Nuri Bilge Ceylan, Guion: Nuri Bilge Ceylan, Akin Aksu, Ebru Ceylan, Fotografía: Gökhan Tiryaki. Película más reciente del gran director de cine turco, Nuri Bilge Ceylan. Y una de mis películas favoritas del 2018, a la que le tenía pendiente post. Acá con mini reseña y frases, porque creo que tiene de los mejores diálogos. Ceylan siempre pone una carga filosófica en sus películas, de las que él mismo escribe los guiones, y además de la impecable fotografía que siempre tienen sus filmes. En esta ocasión se centra en la vida de un joven aspirante a escritor que regresa a su pueblo natal en Turquía, y desde el inicio se nota el impacto con su pasado, con el pueblo, al que ya considera atrasado, y con su familia, especialmente con su padre, quien tiene algunos dramas y deudas en su vida. La cámara siempre está tras Sinan, como se llama el joven escritor, y recorremos con él sus desventuras y visitas a diversas personas en el pueblo: agentes de gobierno, amigos, un antiguo amor, y el escritor local más importante (con quien tiene unos diálogos muy interesantes y divertidos por lo cínico). Sinan se muestra superior pero a la vez desesperado al no encontrar rumbo, aunque en el fondo lo que busca y lo que necesita es un acercamiento con su padre (la aceptación y la aprobación), el cual termina siendo uno de los grandes temas de la película. Buenas actuaciones, excelente dirección, fotografía, guión y acá recojo algunos de sus diálogos (este blog siempre se nutre de los diálogos de las películas de Ceylan):
Sinan Karasu: Pero lo siento, Sr. Adnan. No estoy hablando del lugar, sino del peral silvestre.
Sr. Adnan: ¿Qué?
Sinan Karasu: Ya sabe, perales silvestres. ¿Esos árboles nudosos y raquíticos? Esa es la pera silvestre en mi libro.
Sr. Adnan: Ah, cierto.
Sinan Karasu: No todos saben eso tampoco. A pesar de que el lugar está lleno de perales silvestres. Por cierto, no lo considero una guía turística ni un libro basado en hechos. Por supuesto, este lugar me inspiró pero estos son apuntes personales... dramatizados de manera literaria. En cierto modo, estas son confesiones íntimas... libres de la influencia de cualquier fe, ideología o autoridad.
Sr. Adnan: Cuanto menos tienes que perder, menos responsabilidad tienes, y más feliz serás. No veo ningún gran secreto en eso.
Sinan Karasu: Así es como usted lo ve.
Sr. Adnan: Mira, jovencito. No tengo educación. Abandoné la secundaria. Pero nunca me he arrepentido. ¿Sabes por qué? Porque confío en mis sentimientos. Los sentimientos y el instinto han sido mi guía en la vida. No recuerdo haberme equivocado nunca.
Sinan Karasu: Bravo.
Sr. Adnan: Pero... Miro a mis amigos que fueron a la universidad. Hoy están todos metidos en un lío. Algunos trabajan para mí, otros trabajan por monedas. Algunos se divorciaron. Uno incluso se suicidó. La educación es una gran cosa, pero esto es Turquía. Si quieres sobrevivir en este país, tienes que adaptarte. Aprendes cosas en la escuela, pero la calle es distinta. Siempre está evolucionando. Lo que aprendes hoy será inútil mañana. Por eso es que la realidad les pega en la cara. No pueden adaptarse. Ningunean a la gente normal. La miran con desprecio. El mercado es despiadado. No se compadece de nadie.
Hatice: Puede que te parezca un poco raro. Pero no entiendo por qué... la gente tiene que elegir la vida más cercana a ellos.
Sinan Karasu: No lo hacen. Cualquiera que realmente quiera... irá y vivirá la vida que quiera.
Hatice: Pero hay tantas cosas hermosas allá afuera.
Sinan Karasu: ¿Cómo qué?
Hatice: ¿Quieres que te lo diga?
Sinan Karasu: Sí.
Hatice: ¿Qué quieres decir con qué? Un montón de cosas.
Sinan Karasu: ¿Cómo qué?
Hatice: Como... calles iluminadas y ocupadas, colinas ventosas, buena comida.
Sinan Karasu: Las he visto todas. No son nada especial. ¿Qué más?
Hatice: Barcos que navegan lejos, noches de verano, estar enamorada, emborracharse, empaparse con la lluvia.
Sinan Karasu: Suponte que de repente llueve y nos empapamos... luego nos cae un rayo, ¿no sería genial?
Hatice: Todo, la vida... parece tan cercana, pero no lo es. Porque todo está muy lejos.
Sinan Karasu: Hatice, ¿qué pasa? ¿Estás llorando o qué? ¿Qué es lo que pasa?
Hatice: Nada. En realidad, yo también me iré pronto.
Sinan Karasu: ¿Te vas? ¿Dónde?
Hatice: ¿Por qué siempre tienes que irte tú? Hagamos por turnos.
Sinan Karasu: Claro, pero... ¿Adónde vas a ir? Ahora tengo curiosidad.
Hatice: En algún lugar con oro y plata y esas cosas.
Sinan Karasu: La Isla del Tesoro! ¿Puedo ir yo también?
Hatice: Tal vez no La Isla del Tesoro... pero podría ser un cuarto del tesoro. ¿Conoces ese lugar que llaman la Casa del Matrimonio? Ahí es a donde voy.
Sinan Karasu: ¿Así que te vas a casar? ¿Estás bromeando?
Hatice: ¿Por qué lo haría?
Sinan Karasu: No lo sé. Tú eres rara. Lloras un minuto y al siguiente te ríes. Pero si hablas en serio, felicitaciones. Me alegro por ti y por Riza.
Hatice: ¿Por qué Riza?
Sinan Karasu: ¿Qué quieres decir?
Hatice: No me voy a casar con un niño.
Sinan Karasu: ¿Así que rompieron? Estoy conmocionado. ¿Entonces quién es?
Hatice: No lo conocerías. Un joyero. De acuerdo, entonces, dime. Ya que lees tantos libros. ¿Hay escorpiones debajo de ese oro?
Sinan Karasu: ¿Escorpiones? Hay escorpiones por todas partes.
Hatice: Entonces, ¿debería entrar en ese cuarto elegante?
Sinan Karasu: Eso depende de ti. ¿Cómo puedo tomar una decisión tan importante para ti? ¡Por el amor de Dios!
Hatice: Sólo te pedí tu opinión. No hay necesidad de tanto miedo.
Sinan Karasu: No tengo miedo. Y tu corazón, ¿qué es lo que dice?
Hatice: ¿Mi corazón? ¿Cuándo fue la última vez que mi corazón dijo algo?
Sinan Karasu: Las decisiones que toma la gente cuando se describe a sí misma, las cosas que considera importantes, las palabras que usa, son todas... digamos, interesantes.
Sr. Suleyman: ¿Qué quieres decir?
Sinan Karasu: Es como una prueba de su propia imagen. Por más que intenten esconderlo, se revela de alguna manera. Entonces no puedes evitar pensar que no necesitas leer... a un autor que se anuncia a sí mismo, como un esclavo esperando ser comprado.
Sr. Suleyman: Bueno, piensa eso si quieres, pero no deberías mirarlo de esa manera. No juzgues la obra de un escritor por su personalidad. Son dos cosas diferentes.
Sinan Karasu: ¿Cómo puede decir eso? ¿Cómo puede un escritor ser creíble... si no puede verse a sí mismo?
Sr. Suleyman: Escucha, jovencito... Me sorprende. ¿Cómo te llamabas?
Sinan Karasu: Sinan.
Sr. Suleyman: Sinan, si estás aquí para provocarme, hay muchas maneras de hacerlo.
Sinan Karasu: No, por supuesto que no. Me malinterpreta.
Sr. Suleyman: Escribir tampoco es fácil. Pero no dejes que te desanime.
Sinan Karasu: No, no tengo miedo... de enfrentar los hechos. Luché contra un montón de problemas al escribir el libro, No puedo negarlo. Pero lo más difícil de todo... fue verme como un escritor ordinario, que no le interesaría a nadie. Escribe cosas similares. ¿Cómo se sostiene la autoconfianza hasta el final?
Sr. Suleyman: No es lo que escribes, sino cómo lo escribes, lo que importa.
Sinan Karasu: Volvemos al famoso cliché.
Sr. Suleyman: Sí, pero los clichés... a veces contienen verdades fundamentales. Cuando escribo, enriquezco la vida, aunque sea con una banalidad. El asunto es que... nada es tan ordinario como parece. Amasamos la masa, la dejamos levar, y la horneamos. ¿Entiendes lo que quiero decir?
Sinan Karasu: Claro.
Sr. Suleyman: Hay temas por todas partes, pero sólo si puedes verlos.
Sinan Karasu: ¿Y si lo puedo ver pero no lo articulo?
Sr. Suleyman: Necesitas trabajar. Pero el talento es lo principal.
Sinan Karasu: ¿Y la gente como nosotros debería dejar de escribir?
Sr. Suleyman: Cuando dices "nosotros"...
Sinan Karasu: La gente que no nace con ese poder mágico.
Sr. Suleyman: Francamente, creo que tengo esa suerte. No te juzgues tan rápido. Estás en tu primer libro. Y ni siquiera ha sido publicado todavía. Debes seguir adelante.
Sinan Karasu: O prepararme para enseñar en el este.
Sr. Suleyman: Hazlo de todos modos. Y recuerda que enseñar... es un trabajo que deja tiempo para escribir. Tal vez es por eso que hay tantos escritores-maestros. Cuando se trata de escribir, no creo en las excusas. Un buen escritor no se queja. Se sienta y escribe. Sean cuales sean las circunstancias.
Sinan Karasu: ¿A costa de descuidar a la familia y a los amigos... o usándolos si es necesario?
Sr. Suleyman: ¿Por qué no? Todo vale si tu conciencia se la banca. Eso ya lo sabes.
Sinan Karasu: ¿Y si no puede?
Sr. Suleyman: Entonces sufrirás. Los escritores deben ser capaces de arriesgarse. El hierro no se convierte en acero sin tiempo en el horno. Digamos que hay un objeto que estoy preparado para descartar. La mayoría de la gente lo ve como sagrado, pero al final es un objeto. Ahora, este objeto puede ayudar tanto a alguien... que puede incluso contribuir modestamente al avance de la humanidad.
Sinan Karasu: ¿Sr. Suleyman? ¿Se acuerda de mí? Nos
conocimos en el simposio "Literatura y ruralidad"
Sr. Suleyman: ¿En serio?
Sinan Karasu: Entre el público en realidad, pero nos miramos
una vez en el intervalo.
Sr. Suleyman: No lo recuerdo, pero como sea.
Sinan Karasu: Lo siento, me sorprende verlo aquí. ¿Tiene un
momento? Tengo una pregunta.
Sr. Suleyman: Claro. Adelante.
Sinan Karasu: Déjeme sentarme. ¿Le importa? Lo siento si no
tiene tiempo.
Sr. Suleyman: Sí, tengo. Todo bien.
Sinan Karasu: Por cierto, soy Sinan.
Sr. Suleyman: ¿Sí, Sinan?
Sinan Karasu: Primero, déjeme decir que he leído casi todos
sus libros.
Sr. Suleyman: ¿En serio?
Sinan Karasu: Claro. No sería prudente de un joven aspirante
a escritor... no leer al autor local más conocido. Al menos estratégicamente.
Sr. Suleyman: Cuando dices "estratégicamente"...
Sinan Karasu: No se trata de estudiar a la competencia. Pero
uno quiere saber cómo un par de ojos diferentes... ve la misma tierra, las
mismas opiniones, las mismas personas.
Sr. Suleyman: ¿Así que quieres ser escritor?
Sinan Karasu: Bueno, sí. Estoy escribiendo ahora, por si
sirve de algo.
Sr. Suleyman: ¿Qué género?
Sinan Karasu: No lo sé. Algo así como reflexiones sobre la
"cultura de la vida" local.
Sr. Suleyman: ¿Cosas promocionales de la zona?
Sinan Karasu: No, nunca. ¿Qué le hizo pensar eso?
Sr. Suleyman: ¿Por qué nunca?
Sinan Karasu: "No hay hechos, sólo
interpretaciones" Citando al maestro. No soy alguien que se sumerja tan
profundamente en lo local. Si mi escritura tuviera que ser categorizada... algunos
dirían ensayos o cuentos cortos, pero tampoco es eso. Por su cuenta, las partes
podría ser percibidas de esa manera, pero tomado como un todo, diría que
debería ser vista como una delirante meta novela de auto-ficción.
Sr. Suleyman: ¿Una meta novela?
Sinan Karasu: Sí. De ahí mi esfuerzo por reunirlo todo en un
solo libro. Eso es si puedo encontrar un patrocinador o editor. Lo que no es
exactamente fácil.
Sr. Suleyman: Te las arreglarás. Entonces, ¿de qué se trata esta
llamada estrafalaria meta novela?
Sinan Karasu: Debe ser una de esas novelas que no se puede
describir en una o dos oraciones.
Sr. Suleyman: No te preocupes, una o dos palabras no la
desflorarán. No seas tan reticente.
Sinan Karasu: No es eso, pero... A las mentes simples les gusta reducir un trabajo a una idea central sólida. Me refería a ellos. No lo incluyo en esa pandilla... que considera una novela un fracaso... si no pueden sacar una conclusión simple de ella.Sinan Karasu: Cuando aprendemos que no somos tan importantes... ¿por qué nos ofendemos instintivamente? ¿No sería mejor tratarlo como un momento clave de perspicacia? Engendramos nuestras propias creencias. Por lo tanto, necesitamos creer en la separación... tanto como en la belleza y el amor, y estar preparados. Porque la ruptura y la separación están al acecho de todo lo bello. En cuyo caso, ¿por qué no tratar a estas tribulaciones... como desastres constructivos... que nos ayudan a perforar nuestros propios misterios?
Idris Karasu: El servicio militar ha terminado. ¿Qué vas a hacer ahora?
Sinan Karasu: No lo sé. Enseñar en el Este y desperdiciar mi juventud como tú, o conseguir un trabajo irrelevante aquí... y desperdiciar mi juventud de esa manera. ¿Qué crees que debería hacer?
Idris Karasu: Cada uno tiene expectativas diferentes. Si amas lo que haces, puedes sobrevivir en cualquier parte. Como la mayoría de los maestros, empecé en las desoladas aldeas del Este. Como bien sabes. El terrorismo estaba en su apogeo entonces. Había soñado con otras cosas, pero no importa. ¿Los sueños de quién se hacen realidad así como así? Tuve tantas experiencias. Conocí a gente increíble. He olvidado la mayor parte, pero incluso el olvido tiene su atractivo. La gente debería flotar en el tiempo un poco. Los buenos y los malos recuerdos deberían fusionarse, oscurecerse y derretirse. Hay algunos que deberían quedarse. Tallando una muesca en el tiempo. Te refieres al tema del tiempo en tu libro, por ejemplo. Eso me gustó.
Sinan Karasu: ¿Has leído el libro?
Idris Karasu: Por supuesto que sí. Y hasta he leído algunas partes dos veces.
Sinan Karasu: ¿En serio? ¿Lo dices en serio?
Idris Karasu: Por supuesto que sí. ¿Por qué?
Sinan Karasu: No lo sé. Es la primera vez que me encuentro con alguien que lo haya leído. Estoy un poco sorprendido.
Idris Karasu: Y no creas que no me di cuenta cuando hablas de mí. No dices maravillas de mí, pero así es como debería ser. Los jóvenes deben criticar a los viejos. Así es como funciona el progreso.
Sinan Karasu: No fue realmente como crítica, pero... ¿Leíste el capítulo "Peral Silvestre"?
Idris Karasu: Por supuesto. ¡Oh, las peras silvestres!
Sinan Karasu: Lo saqué de lo que nos dijiste en la escuela primaria.
Idris Karasu: Me alegro de haber sido útil. En aquellos días, los maestros... tenían más libertad para salir del plan de estudios. ¡Por suerte! Podíamos acomodar el plan de estudios según la región. Sin alterar el equilibrio. Así que les dije cosas así, sí.
Sinan Karasu: Había un peral silvestre frente a la escuela. Tú nos lo mostraste.
Idris Karasu: Tienes razón. Hay uno por ahí, también.
Sinan Karasu: Sabes, a veces las cosas que veo en ti, en mí e incluso en el abuelo... me recuerdan a un peral salvaje. No sé. Todos somos inadaptados, solitarios, mal formados.
Idris Karasu: Cada uno tiene su propio temperamento. El tema es ser capaz de aceptarlo y disfrutarlo. La fruta de los perales silvestres es deforme como dices. Pero las como en el desayuno a veces y son tan buenas. La naturaleza humana está tan llena de rarezas como la naturaleza animal.
Si conoces otras frases, diálogos o monólogos que destacar de la película The Wild Pear Tree (Nuri Bilge Ceylan) deja tu comentario ;)
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