Snowpiercer (Bong Joon-ho)

Frases y Diálogos de la película "Snowpiercer" (Rompenieves). Director: Bong Joon-ho, Guión: Bong Joon-ho, Kelly Masterson (Cómic: Jean-Marc Rochette, Jacques Loeb), Música: Marco Beltrami, Fotografía: Kyung-Pyo Hong. Excelente thriller del cineasta surcoreano, con un elenco plagado de estrellas de Hollywood, crea un cuento de terror, una distopía ambientada en un futuro post apocalíptico, donde la vida en la tierra fue casi destruida por los estragos del calentamiento global, donde sólo sobrevivieron los pasajeros de un tren especial que recorre el mundo con un motor eterno. La película tiene un guión interesante y una virtuosa ejecución, con altos niveles de intensidad, drama y humor negro, tras un fondo perceptible de una dura y directa crítica social. Muy buenos personajes e impecable técnicamente, un blockbuster de gran calidad. 


Mason: Pasajeros... Esto no es un zapato. Esto es desorden. Esto es un caos talla 44. Esto, ¿lo ven? Esto es muerte. En esta locomotora a la cual llamamos hogar hay solo una cosa... que separa nuestros corazones cálidos del frío penetrante. ¿Ropa? ¿Jeans? No, orden. El orden es la barrera que contiene el frío y la muerte. Todos debemos, en este tren de la vida... quedarnos en las estaciones asignadas. Cada uno de nosotros debe ocupar las posiciones particulares preasignadas. ¿Se pondrían un zapato en la cabeza? Por supuesto que no harían tal cosa. Un zapato no va en la cabeza. Un zapato va en un pie. En la cabeza, van los sombreros. Yo soy un sombrero y ustedes un zapato. Yo voy en la cabeza y ustedes en los pies. ¿Sí? Sí, así es. Al principio, el orden estaba determinado por sus pasajes. Primero el transporte, la economía, aprovechadores como ustedes. El orden eterno es prescripto por la Máquina Sagrada. Todas las cosas las provee la Máquina Sagrada. Todas las cosas en su lugar. Todos los pasajeros en sus secciones. El agua que fluye, la temperatura que levanta... rinde homenaje a la Máquina Sagrada. En sus propias y particulares posiciones preordenadas. Así es. Y, repito... yo pertenezco al frente. Ustedes, a la cola. Cuando el pie busca ocupar el lugar de la cabeza... se cruza una línea sagrada. Sepan cuáles son sus lugares. Quédense ahí. Sean un zapato.

Curtis: ¿Estuviste alguna vez en la sección posterior? ¿Tienes alguna idea de lo que sucedió allí atrás... cuando abordamos? Era un caos. Sí, no morimos congelados... pero no tuvimos tiempo para estar agradecidos. Los soldados de Wilford vinieron y se llevaron todo. Éramos mil personas en una caja de hierro... sin comida, ni agua. Luego de un mes, nos comimos a los débiles. ¿Sabes qué es lo que odio de mí mismo? Que sé a qué saben las personas. Sé que los bebés saben mejor.

Wilford: Ahora veo a lo que se refería Gilliam, me dijo que eras brillante e ingenioso. Pero siempre tan tenso. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo? Como dijo Gilliam, abrazar a una mujer es mucho mejor con dos brazos. Extrañaré a Gilliam.


Wilford: Has visto lo que hace la gente sin un liderazgo. Se devoran los unos a los otros.

Wilford: Curtis, todos tienen su posición preasignada... y todos están en su lugar salvo tú.
Curtis: Eso es lo que quienes están en el mejor lugar dicen a quienes están en el peor. No hay un alma en este tren que no quiera cambiar lugares contigo. ¿Cambiarías lugares conmigo? Vete a la mierda.
Wilford: Curtis, querido. El hecho es que todos estamos atrapados en este maldito tren. Todos somos prisioneros en este pedazo de metal. Y este tren es un ecosistema cerrado. Siempre tenemos que buscar el equilibrio. Aire, agua, provisiones, la población... tiene que mantenerse siempre en equilibrio. Para un equilibrio óptimo, sin embargo, hubo tiempos en los que... una solución más radical fue necesaria. En los que la población debió ser reducida de manera... drástica. No tenemos tiempo para una verdadera selección natural. Tendríamos una horrible sobrepoblación y moriríamos de hambre esperando eso. La siguiente mejor solución... es que unidades individuales maten otras unidades individuales. Cada tanto tuvimos que agitar el avispero, por decir algo. La Revuelta de los Siete, los Disturbios de McGregor, La Gran Revolución Curtis. Una producción de gran tamaño con una trama diabólicamente impredecible. ¿Quién podría predecir tu contraataque con la antorcha en Yaketerina? Pura genialidad.



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