Frases y Diálogos de la película "Winter Sleep". Director: Nuri Bilge Ceylan, Guión: Nuri Bilge Ceylan, Ebru Ceylan, Fotografía: Gökhan Tiryaki. Palma de Oro 2014... La vi hace una semana y tuve sentimientos encontrados en el primer visionado. Hoy cuando estaba seleccionando las frases y diálogos que más me gustaron del filme, debo de reconocer que me reconcilié un poco más con el filme y mi nota cambió un poco, aunque ya le había puesto una buena, le puse una mejor… Aunque me mantengo en lo que dije la primera vez… Si bien, el filme sigue el estilo del director turco, gran fotografía, dirección, actuaciones y siempre un aumento en la intensidad de la historia en sus últimos minutos, me gustó más su anterior trabajo "Once upon a time in Anatolia"... Acá, aunque hay muy buenas escenas y siempre hay algún factor que te mantiene pegado a la pantalla a pesar de la duración, varios diálogos me parecieron excesivos y discursivos... creo que hubiese quedado mejor más corta, recortando parte de esos diálogos, que son innecesarios. Nuevamente, Ceylan nos lleva por los recovecos del alma humana, con dilema morales, en esta ocasión centrados en un matrimonio con problemas... Sus personajes siguen siendo inquietantes y humanos, el personaje de Aydin, Nihal y todos los que los acompañan me parecieron muy profundos y bien trabajados, pero el excesivo discurso es el que no soporté casi en algunos diálogos... Extrañé los silencios, y la contemplación, que en esta ocasión aunque podemos encontrarlos, en especial en enfoques impactantes de fotografía, en su mayoría son ahogados por esos diálogos interminables. No es una mala película, creo que es notable, pero sin dudas pudo ser mucho mejor... y no es mi favorita del director.
Suavi: ¿Sabes lo que creo? La miseria, la pobreza, es una catástrofe natural. La voluntad de Dios, de alguna forma. No podemos oponernos al destino.
Aydin: Pero Dios nos ha dotado de inteligencia para combatir estos flagelos.
Suavi: Es verdad- Es verdad, pero de todas maneras, hay gente que ha venido a la Tierra para eso. Hay que dejarlos que hagan su trabajo. Tú, tú eres un creativo, un artista. ¿Por qué vas a mezclarte con todo eso? Ocúpate de tu trabajo.
(Luego de leer una carta de una de sus admiradoras solicitando ayuda)
Aydin: Tiene aspecto de chica de bien, inteligente, de buenas intenciones. Es idealista, perseverante, valiente. Merece sin duda ser apoyada. ¿No les parece? ¿Nihal?
Nihal: Francamente… No me parece. Yo recibo todos los días correo de ese tipo.
Aydin: Bueno. ¿Qué es exactamente lo que no te convence?
Nihal: Bueno… Es como un lujo hacerse construir un edificio para eso, ¿no? En el fin del mundo… Normalmente, el intendente del pueblo les busca un lugar, lo decoran un poco y listo. Me parece que ella pide demasiado. Hasta la Prefectura no quiso ayudarlas. Si ahora nos atenemos a la lógica de la Administración… No sé más nada.
Aydin: Y Suavi, ¿tú qué dices?
Suavi: No sé qué decir.
Aydin: ¿No podríamos reunirnos tú, yo, y otros notables del lugar para ayudarlas?
Suavi: Aydin, ¿tengo facha de notable, yo? Lo único notable es mi barriga. ¡Y ahora la tengo en rebelión!
Aydin: De cualquier manera… debo decir que tu reacción me sorprende, Nihal.
Nihal: ¿Por qué?
Aydin: Porque… gracias a ti, este lugar se parece más a una ONG que a un hotel.
Nihal: ¿A dónde quieres llegar?
Aydin: Digamos… ¿cómo es que tú, filántropa patentada, que has ayudado a la más pequeña escuela de la región, rechazas tan firmemente este pedido? No entiendo.
Nihal: No hay nada que entender. Es una cuestión de prioridades.
Aydin: De hecho, mañana me voy. Ya lo he decidido. Al menos hasta el fin del invierno. El hotel está tranquilo, Hidayet está aquí. Mañana salgo para Estambul. Nihal, basta, por fin. Me voy. ¿Qué más quieres?
Nihal: Gracias. Tu altruismo me conmueve hasta las lágrimas.
Aydin: ¿Te acuerdas? Un día me dijiste que si cambiaba ciertas cosas en mi casa, me perdonarías todo. ¿Lo recuerdas? Quiere decir que, para ti, tengo alguna falta que hacerme perdonar. Así que me gustaría que con pocas palabras y calmadamente, de forma que pueda comprender, me digas finalmente cuál es mi falta.
Nihal: Estoy muy cansada para hablar. Quizás más tarde.
Aydin: ¿Qué clase de falta? ¿Qué es lo que te he hecho? Tú me dirás, eres joven y bella, quieres vivir tu vida. Yo soy más viejo y me detestas por eso. ¿Ésa es mi falta? Yo no te he obligado a casarte. Nunca te he restringido la libertad. Llevas tu vida independiente, en tu lado de la casa. Hasta has montado el gran comité aquí. Si quieres más libertad, tómala. No te retengo. En serio. Si quieres divorciarte, no te lo impediré.
Nihal: No quiero nada de eso. Seguro que yo quería casarme contigo. Tu falta no es ser más viejo que yo. No quiero ser libre para amar a otro. Siempre me he sentido más vieja que tú. Pero eres un hombre insoportable, egoísta, despectivo, cínico. Ésa es tu falta.
Aydin: Es posible. Puede ser verdad, no lo sé. Pero al menos, suelo reconocer mis errores. Pero jamás te he visto admitir el menor error. ¿Me equivoco?
Nihal: Si tienes la intención de abrumarme toda la noche, sabe que ya no tengo más fuerzas para responder.
Aydin: No quiero abrumarte. Pero repito mi pregunta. Quiero saberlo. ¿Cuál es mi falta? ¿Qué clase de falta? ¿Qué es lo que he hecho?
Nihal: Reconozco que eres un hombre cultivado, honesto, justo, íntegro... En el conjunto, es cierto. No puedo decir nada en contra tuyo. Pero a veces, utilizas tus cualidades para ahogar a los otros, rebajarlos, humillarlos, aplastarlos. Tu gran moral te sirve para odiar a todo el mundo. Detestas a los creyentes porque para ti, creer es signo de arcaísmo y de ignorancia. Detestas a los no creyentes porque no tienen fe ni ideales. Los viejos te parecen reaccionarios, gastados, incapaces de pensar libremente. Los jóvenes para ti tienen un pensamiento demasiado libre y son iconoclastas. Elogias constantemente el bienestar general, pero sospechas que todo el mundo es un bandido, y de esa forma, odias al pueblo. ¿Quién encuentra gracia a tus ojos? Si solamente, por una vez, pudieras defender una posición que te fuera incómoda o experimentar un sentimiento que no te enorgulleciera. No es posible. Siempre has sabido impedir nuestra separación. Supongo que eso me vino bien. Yo era muy joven para irme. No tenía ni el coraje ni el dinero. Ni un lugar mejor donde ir. Pero tú, jamás has sido presa de remordimientos por ver una a joven orgullosa, llena de salud, disolverse en el vacío, el aburrimiento y el miedo. Los primeros años, yo tenía miedo. Ahora, tengo vergüenza. He tirado por la borda mis años más hermosos. He perdido todas mis cualidades en mi combate contra ti. Me he vuelto dura, severa, timorata, suspicaz.
Aydin: No sé qué decir. No sé si aún puedo expresar algo. Nuestros caminos se han separado bajo el mismo techo. Cada uno a su ruta. Habríamos podido vivir mejor. Es demasiado tarde. No puedes comprender. Hay que haber crecido, como yo, en un pueblo sin electricidad, para apreciar la felicidad de estar en un bonito interior confortable como éste, de escuchar la voz de su mujer, aunque sea para escucharla gritar horrores. Hemos tenido una juventud opaca. No hemos aprendido a ser felices. Ni a hacer felices a otros, aparentemente. Pero como te lo he dicho, no tuvimos malas intenciones. Nuestras intenciones fueron buenas, nuestros sueños inocentes y puros. Sólo queríamos un mundo mejor.
Nihal: Perdón, pero no te creo más. Conozco ese discurso. No estás sobre el escenario. Todo el mundo tiene buenas intenciones. Pero como tú dices, el infierno está empedrado de ellas. Todo eso es cháchara. Ya no puedo oír más tu discurso romántico. Cuando lo sacas a relucir, sé que bajas tu última carta. Pero no sé qué quieres de mí en el fondo. Lo que sea, te lo pido una vez más: aunque veas esta actividad como un señuelo o como una fantasía femenina, déjame en paz. Porque no tengo otro consuelo. He pasado mi juventud luchando contra ti. Gracias a este trabajo he recuperado la confianza en mí. He encontrado un sentido a la existencia triste que llevo aquí. Un propósito del cual estar orgullosa. Entonces, déjame.
Aydin: Nihal, querida... Eres una mujer generosa, fina, racional. Todo lo que dices me parece muy sensato. Verdaderamente. Pero... idealizar a un hombre, hacerlo un dios, para enseguida, atacarlo por no ser ese dios, ¿no es injusto? Yo hubiera querido ser ese gran actor carismático con el que soñabas. Pero no lo soy. Soy un hombre simple. Lo peor es que espero seguir siéndolo.
Aydin: Nihal, espero que todo vaya bien. Haz como quieras. No olvides que ahí estoy en caso necesario. Pero no te fíes de ese institutor. Me parece un hipócrita y un manipulador. Los percibo desde muy lejos, a ésos. Te aconsejo que te rodees de personas que tengan una conciencia, principios, sentido de la moral. Un día me comprenderás.
Nihal: Conciencia, moral, ideales, principios... El sentido de la vida. No tienes más palabras que ésas en la boca. Usas y abusas de eso para herir y humillar a la gente, para denigrarlos. Personalmente, pienso que alguien que martillee con esas palabras es necesariamente sospechoso. Estoy cansada. Quisiera dormir, si me lo permites.
Aydin (Carta):
Nihal...
No me he ido. No he sido capaz. ¿Será que me he vuelto viejo o loco, o un hombre diferente? Pensarás cualquier cosa. No sé. Pero este hombre nuevo en mí, me retiene. Tú, tampoco me eches. Sé, ahora, que nada me llama a Estambul. Todo me es extraño, allá como en otros lados. Sabe que no tengo a nadie más que a ti. Te extraño a cada minuto, a cada instante. No te lo declararé nunca, mi orgullo me lo impedirá. Sé que sería terrible, mejor dicho, imposible, para mí, separarme de ti. De la misma forma que sé que ya no me amas sé que nuestro pasado no volverá. No lo lamento. Considérame tu servidor, como un esclavo. Continuemos nuestra vida en común, aunque sea a tu manera. Perdóname.
Si conoces otras frases, diálogos o monólogos que destacar de la película Winter Sleep (Nuri Bilge Ceylan) deja tu comentario ;)
Comentario sobre la película (A.S.B Virtual Info)
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