06 diciembre 2012

Amour (Michael Haneke)



Anne: Prométeme algo.
Georges: ¿Qué?
Anne: Te suplico que no vuelvas a llevarme al hospital.
Georges: ¿Por qué?
Anne: ¿Me lo prometes?
Georges: Anne…
Anne: ¿Me lo prometes?
Georges: Anne, yo…
Anne: No hables. No expliques nada, por favor.
Georges: ¿Qué quieres que diga?
Anne: Nada. No digas nada. ¿De acuerdo?






(Viendo un álbum de fotos)
Anne: Es hermosa.
Georges: ¿Qué cosa?
Anne: La vida… tan larga. La larga… vida.
(Georges se la queda viendo atentamente)
Anne: Deja de observarme.
Georges: No te observo.
Anne: Claro que sí. Todavía no soy idiota hasta ese punto. 






Anne: No hay ninguna razón para seguir viviendo. Ya sé que sólo puedo empeorar. ¿Por qué esto debe afligirnos? A ti y a mí.
Georges: Pero tú no me afliges para nada.
Anne: No estás obligado a mentir, Georges.
Georges: Imagina que estuvieras en mi lugar. ¿No piensas que esto pudo haberme ocurrido a mí?
Anne: Sí, claro. Pero la realidad y la imaginación tienen poco en común.
Georges: Sabemos que puede mejorar.
Anne: No quiero. Haces todo lo posible para facilitarme esto, pero yo no quiero. Por mí, no por ti.
Georges: No te creo. Te conozco. Crees que eres un peso para mí, pero si estuvieras en mi lugar ¿qué harías?
Anne: No sé, no quiero romperme la cabeza poniéndome en tu lugar. Estoy cansada, quiero acostarme. 






Eva: Es gracioso… Quizás no deba decírtelo; quizás te avergüence, pero cuando llegué aquí, hace un rato, recordé cuando de niña los escuchaba hacer el amor. Para mí, en ese momento, era tranquilizador. Tenía la sensación de que se amaban, y que estaríamos siempre juntos.







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