Frases y Diálogos de la película "Mistress America". Director: Noah Baumbach, Guión: Noah Baumbach, Greta Gerwig, Música: Dean Wareham, Britta Phillips, Fotografía: Sam Levy. En su más reciente película, el talentoso director Noah Baumbach, vuelve a asociarse con su gran colaboradora y musa, la gran Greta Gerwig, nuevamente como coguionista y protagonista, como ya lo habían hecho en la estupenda "Frances Ha", y el resultado ha sido otro hit. Grandes Baumbach y Gerwig, aunque en momentos pensé que no iba a estar al nivel, la película al final me pareció excelente, brillante, hermosa, divertida, triste, con unos personajes muy bien dibujados, muy humanos, complejos y heridos. Lola Kirke, otro gran descubrimiento, tiene un personaje complejo pero tan bien retratado, que es difícil no sentir empatía con ella. Que buen guión, que diálogos, que estructura narrativa tan bien planeada. Desde hace años Baumbach se convirtió en el heredero legítimo de Woody Allen, y está creando su universo propio. Esta convivencia entre una joven introvertida aspirante a escritora y la simpática y aparentemente optimista Brooke, fue de las mejores experiencias en el cine del 2015
Brooke: Tengo dos ideas que no publiqué en Internet. Si hiciera un show de cabaré, se llamaría "Altos estándares" y cantaría los estándares de jazz.
Tracy: ¿Los cantarías en tono alto?
Brooke: No, no tiene que ver con… Tiene que ver con los principios, con esos estándares, como en los shows con canciones de jazz sobre lo bueno de ser soltera.
Tracy: Qué ingenioso.
Brooke: La segunda idea es una serie de TV, que ahora son como leer novelas, sobre una mujer que es funcionaria de gobierno de día y superheroína por las noches, con la esencia de todo lo estadounidense. Tendrá su propia mitología, y creo que tal vez se llamará Mistress America.
Brooke: No puedes saber lo que es desear algo de verdad hasta que cumples 30. Y luego, con cada año que pasa, se vuelve mayor, porque el deseo crece y las posibilidades disminuyen. Cada año de tu vida pasa más rápido porque es una porción más pequeña del total de tu vida. Esto es así, pero al revés. Todo se vuelve puro deseo.
Tracy (sobre Brooke): “Gracias a ella, las gordas ricachonas eran más flacas, sus hijos bobos, más cultos, y sus maridos aburridos, más interesantes. Pero ella realmente deseaba estar del otro lado: ser gorda, boba, aburrida y ricachona. Y, sobre todo, lo que no podía ver, lo que veía aún menos que su imposibilidad de abrir el restaurante, era que toda esa gente no podía ni compararse con ella. Eran como fósforos comparados con una hoguera. Ella era la última vaquera: una romántica fracasada. El mundo estaba cambiando, y la gente como ella no tenía adónde ir. Ser una luz de esperanza para la gente inferior es un trabajo solitario”.
Brooke: Creo que estoy enferma y no sé si mi mal tiene algún nombre. Me la paso sentada, mirando Internet o la televisión durante largos períodos, intercalados con momentos en que intento no hacerlo. Y luego miento sobre lo que hice. En otros momentos, me entusiasmo tanto que me abruma el entusiasmo y no puedo dormir ni hacer nada. Me siento enamorada de todo, pero no logro descubrir cómo funcionar en este mundo.
Tracy: Yo creo que tengo lo mismo.
Brooke: Lo siento. Creo que ofendí a tu novio.
Nicolette: No es el novio de ella, es mi novio.
Brooke: ¿Qué haces aquí?
Nicolette: Tracy obligó a Tony a llevarte.
Brooke: Pero, ¿por qué viniste tú?
Nicolette: Ya tuve una mala experiencia con el adulterio. Mi exnovio cometió adulterio cuando estaba conmigo, por eso no dejo que mis novios se vayan solos.
Brooke: ¿Adulterio? ¿Qué carajo importa? Tienen 18 años. ¿De dónde salió esa moral de ancianos? A los 18, no existe la infidelidad. Deberían estar toqueteándose entre todos, todo el tiempo.
Brooke: Tú deberías estar con él, no esa ama de casa gótica.
Tracy: No. A mí ya me conocía, y la eligió a ella.
Brooke: Solo porque lo permitiste. Debes perseguir las cosas que deseas.
Tracy: Yo pensaba olvidarlo.
Brooke: A veces, no sé si eres una maestra del zen o una psicópata.
Tracy: Solo soy normal.
Dylan: Debo admitir que me impresionaste, Brooke. Hay que tener valor para abrir un restaurante.
Brooke: Gracias.
Dylan: Lo estás haciendo, linda. Estás haciendo algo que no se reduce a ganar y acumular dinero.
Brooke: Si supiera cómo ganar y acumular dinero, lo haría.
Dylan: Podrías haberte casado conmigo o cualquier otro, pero decidiste hacer tu vida.
Brooke: Sí, no, eso ya lo superé.
Dylan: Eres graciosa porque no sabes que eres graciosa.
Brooke: Yo sé que soy graciosa. Yo sé todo sobre mí misma. Por eso no puedo tomar terapia.
Dylan: Extraño Nueva York. Te extraño a ti. Te busco periódicamente en Internet. Y luces muy sexy en esas fotos de las fiestas.
Brooke: ¿Qué fiestas? Porque a veces salgo con los brazos gordos.
Dylan: Me gustan los brazos gordos.
Tracy: ¿En algún...? ¿En algún momento quisiste estar conmigo?
Tony: No quiero entrar en ese tema.
Tracy: No, no voy a besarte. Solo preguntaba.
Tony: Sí... Me gustabas, pero amo a Nicolette. Y, la verdad, nunca te miré de esa forma.
Tracy: ¿Por qué?
Tony: Me parecías... Necesito alguien a quien amar, no con quien competir.
Tracy: A veces, creo que soy más inteligente y mejor que los demás. No necesariamente en matemáticas o ciencias, o los puntos cardinales, pero sí en casi todo lo demás. Y si lograra encontrar un estilo propio, también sería la mujer más hermosa del mundo.
Tony: Yo, a veces, creo que soy un genio y desearía adelantar mi vida hasta la parte en que todos los demás también lo saben.
Tracy (sobre Brooke): “Todo lo que le había funcionado bien a Meadow hasta ese momento empezaba a cambiar y desvanecerse. Ella no tenía otras aptitudes ni otros modos de afrontar la vida. En un instante, su conducta pasó de ser adorable a rayar en la histeria. Los demás presentían su inminente fracaso. Ella olía a podredumbre. Su juventud había muerto, y ella arrastraba el cadáver consigo. Y yo, de algún modo, ahora era la que portaba el féretro”.
Brooke: Ojalá viviéramos en la época feudal, cuando era imposible cambiar tu posición en el mundo. Fueras rey o campesino, tenías que conformarte con eso.
Brooke: En general, los ricos no me afectan, excepto cuando necesito algo de ellos.
Tracy (sobre Brooke): “Claramente, lo que más deseaba Meadow, el plan que la iba a definir, al que iba a dedicarle su tiempo y su talento, toda su vida, o sea, el restaurante, claramente no iba a concretarse. Y lo más sorprendente era que la propia Meadow se sorprendiera. Era capaz de ver el mundo entero con una lucidez dolorosa, pero no era capaz de verse a sí misma ni de ver su futuro. Y como yo me había enamorado de ella, decidí que tampoco podía verlo”.
Tracy: No pretendí ser hiriente. No quise lastimarte, Brooke.
Brooke: Tú no decides si es hiriente o no.
Tracy: Pero puedo decirte qué intenciones tuve.
Brooke: ¿Escribiste esto después de una noche conmigo? ¿Una sola?
Tracy: Sí, pero pareció más tiempo.
Brooke: ¿Crees que soy un cadáver podrido? ¿Que estoy destinada al fracaso?
Tracy: No, es ficción, por eso es ficción.
Brooke: Pues esta "ficción" no fue como la describes. Karen, tú eres abogada. Voy a demandarte y te voy a quitar todo.
Tracy: Solo escribo basándome en mi vida.
Brooke: ¡No! No es tu vida.
Tracy: Pero estuve ahí esa noche.
Brooke: Yo iba a vivir esa noche con o sin ti. Tú no.
Tracy: Pero estuve ahí.
Brooke: Te sumaste a mi vida. Necesitabas un lugar donde ir. Yo te dejé entrar a mi vida, y tú me la robaste. ¡Eres una sanguijuela! Una chupasangre.
Tracy: Te encantaba que yo te admirara. Te encantaba darme lecciones.
Brooke: ¡Yo no pedí que aparecieras!
Tracy: Tú conoces las grandes obras de teatro. ¿Qué habría pasado si Tennessee Williams no hubiera usado a sus conocidos? No habría ninguna obra que...
Brooke: ¡Me importa un carajo! ¡No soy amiga de Tennessee Williams!
Tracy: Publicaste un tuit con algo que dije yo. ¿Qué hay de eso?
Brooke: ¡Es distinto! No fue una mierda que hice a tus espaldas. Tú sabías que iba a tuitear. ¿Quieres que te cite? No, mejor lo borro directamente.
Tracy: Ese no es el punto. Te pido que comprendas.
Brooke: Y aparte fue mi tuit menos popular.
Tracy: Deja de hablar de Twitter, es muy incómodo.
Brooke: Eres mucho más imbécil de lo que pareces en un principio.
Nicolette: Estoy de acuerdo.
Brooke: ¿Crees que no enfrenté el duelo por la muerte de mi madre? ¡Lo enfrento todos los días! ¡Hablo de eso todos los días!
Tracy: Hablas de eso todos los días, pero no de ella. Solo comentas que murió, y todos se callan. Tu tragedia es la armadura que te protege de todas las culpas.
Brooke: ¡Por favor, amigos! ¡Defiéndanme de este monstruo!
Dylan: Eso fue de muy mal gusto.
Karen: No me gusta cómo escribes. Los de tu generación son puro pastiche.
(…)
Tracy: Parecías una mujer tan superada, tan increíble, que nunca imaginé que sería posible lastimarte.
Brooke: Claro que es posible lastimarme. Soy la persona más sensible que hay.
Brooke: Yo quiero todo el paquete. Quiero llegar a los 40 sin darme cuenta por estar tan ocupada. Pasé toda mi vida golpeando puertas y persiguiendo objetivos, y estoy cansada de andar tras los demás. Quiero que los demás vengan a mí. Quiero crear un hogar para los que viven como viví yo. Soy buena para eso. Y me hace feliz. Yo sé dar calidez de hogar. Qué palabra, ¿no? Calidez.
Anna Wheeler: ¿Sabes? No hace falta. Solamente vine a hablarte porque nunca tuve el valor de hacerlo cuando iba en la secundaria: Tú me lastimaste mucho.
Brooke: ¿Qué?
Anna Wheeler: ¿No te acuerdas?
Brooke: ¿Qué te hice?
Anna Wheeler: Eso que hacías: "Sí, amarga".
Brooke: ¡No sé de qué carajo hablas! Siempre me caíste bien.
Anna Wheeler: ¿Tú y tu amiga Abe? Ustedes dos se acercaban a mí, me tocaban la piel, se chupaban el dedo, hacían una pausa y decían: "Sí, amarga". Y se reían.
Brooke: ¡Cierto! Es verdad, hacíamos eso. Éramos muy raras.
Anna Wheeler: Yo estaba delante de ustedes, cada vez que lo hacían. Era una crueldad. Vine a decirte que te vayas al carajo. Tu mal trato me hizo sufrir durante mucho tiempo.
Brooke: ¡Todos somos imbéciles en la secundaria!
Anna Wheeler: Tú lastimaste a muchas personas, no solo a mí.
Brooke: Me compadezco de la niña de 13 años que fuiste, pero no de lo que eres ahora. Teníamos 17 años. Si tuviera 13 años, te pediría disculpas, pero ya que tenemos veintitantos, no veo la necesidad.
Anna Wheeler: Cumplí 30.
Brooke: Feliz cumpleaños.
Anna Wheeler: Gracias.
Brooke: De nada.
Anna Wheeler: Eres una perra.
Brooke: ¿Por qué? ¡Tú eres la que conservó ese maldito rencor durante tanto tiempo! Yo ni siquiera te reconocí cuando te acercaste. No lo digo con maldad, pero es cierto.
Anna Wheeler: Eres la misma de siempre. Malévola.
Brooke: Y tú eras amarga. Tal vez por eso te dolía tanto. Porque era la verdad.
Anna Wheeler: Te deseo lo peor.
Brooke: Yo no, porque no me importas. ¡Y a ti tampoco debería importarte! (…) ¡Qué dramático! La reina del drama.
Tracy: ¿Nunca sientes, cuando estás viajando en auto, que no quieres llegar a destino? ¿Que no quieres que termine el viaje?
Si conoces otras frases, diálogos o monólogos que destacar de la película Mistress America (Noah Baumbach) deja tu comentario ;)
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