Frases de la película: Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (Alejandro González Iñárritu) – 2022 / México / Netflix

 

 

 

Frases y Diálogos de la película "Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades" (Bardo: False Chronicle of a Handful of Truths). Director: Alejandro González Iñárritu, Guion: Alejandro González Iñárritu, Nicolás Giacobone, Música: Bryce Dessner, Fotografía: Darius Khondji.

 

MiniReseña: Wow, Bardo me ha dejado con emociones encontradas y contrastadas, así como está estructurada toda su película, que va de un juego entre lo serio, lo trascendental y lo íntimo para pasar inmediatamente a la parodia, lo banal y lo artificioso. Acoge dos términos conocidos del “Bardo”, como el del estado intermedio entre la vida y la muerte, y el del narrador de historias. Pues el protagonista es un reconocido periodista y documentalista mexicano, Silverio Gacho, quien alcanza la cima de su carrera en los Estados Unidos, y regresa después de mucho tiempo a su país natal para conectar con sus raíces mientras se anuncia la concesión de un importante premio en U.S.A. Entonces tenemos al artista con problemas de identidad (la que ha traspasado a sus hijos) y con la necesidad de conectar con sus raíces, también los conflictos parentales, la vanidad, el éxito, la crítica, el compromiso social y político, la pérdida y la muerte.  Iñárritu nos lleva a una travesía onírica a través del bardo, en donde lo real se mezcla constantemente con los sueños, los traumas, los delirios y la neurosis del protagonista (aunque al final tenemos mayor claridad del estado imperante). Y debo confesar que me ha parecido un cóctel cautivante y visualmente impresionante en varios momentos, pero también confuso, vacío y contradictorio. Entiendo el juego planteado, pero es que pasarse casi tres horas en ese tono resulta bastante agotador y es casi inevitable el hastío, aunque debo confesar que disfruté mucho de varias escenas. Pero en ese constante cambio de extremo a extremo me hizo falta la sutileza. Tanto en los momentos que apelan al lirismo (una poesía que es esquivada en su mayor parte), como en los que intenta apelar a algo de oscuridad. Al final también me da la impresión de que el guión fue hecho a través de ideas sueltas en la libreta de apuntes del director, los cuales el co-guionista después intentó darle cierto hilo o secuencia. También debo confesar que sentí mucho la presencia y el intento de replicar momentos del cine de Sorrentino (quien a la vez hizo lo mismo con Fellini), de su misma “Birdman”, entre muchas otras influencias evidentes y al final algo del cine de Malick, pero todos esos momentos dentro de ese juego entre lo grandilocuente y la inmediata parodia. No me disgusta del todo su experimento, creo que tiene muy buenos momentos (y una buena fotografía), pero no me parece para nada una gran obra, ni de sus mejores películas. Es algo exótico y curioso.

 

 

 

Lorenzo: Cada vez que venimos a México intentas convencerme de lo cool, profundo, espiritual y cultural que es. Pero no lo es. La gente sufre y pasa hambre. Si amas tanto a México, ¿por qué nos llevaste a Camila y a mí a EE. UU.? ¿Por qué nos criaste allá? Felicidades. Eres el más chingón, papá. Ese país que solo respeta el dinero te va a dar un premio. Y vas a ir a recogerlo. Me muero por escuchar lo que vas a decir. 

 

 

 

 

 

Lorenzo: ¿Por qué usas a esa gente para hablar de tu vida? No sabes quiénes son ni cómo viven. Los filmas, los entrevistas, hasta ganas dinero con ellos, pero no los conoces en absoluto. 

 

 

 

 

 

Silverio: Algunas personas nos dijeron que Nuestra Señora de San Juan de los Lagos vino a llevárselos. Tal vez fue una respuesta a tanta fe y desesperación.
Lorenzo: ¿Y lo crees?
Silverio: No. No creo nada hasta que lo veo. Pero un documentalista no debe creer o no creer. Solo necesita mirar y saber dónde enfocar. Y algunas de estas personas contaron a la cámara historias increíbles. 

 

 

 

 

 

Silverio: Lorenzo me dijo que vio a Mateo en un sueño.
Lucia: ¿Cómo podía soñar con él si Lorenzo nació un año después?
Silverio: No importa. Ellos lo recuerdan. Les dijimos a los niños una y otra vez que Mateo no estaba aquí porque estaba volando por el cielo con sus pequeñas alas. ¿Recuerdas?
Lucia: Mateo es solo una idea ahora. Él no es una persona.
Silverio: La gente viene y va. Las ideas son lo que queda.
 

 

 

 

 

 

Silverio: Voy por ahí buscando la aprobación de las personas que me desprecian. Actúo antes de pensar, con la esperanza de obtener lo que quiero, pero cuando lo hago, lo detesto. Y me avergüenzo de haberlo querido alguna vez.

 

 

 

 

 

 

Lucia: ¿De qué estás hablando?
Silverio: Me paso la vida convenciéndome de la importancia de lo que hago, del valor del reconocimiento. Luego, cuando llega, no siento nada. Lo único que siento es que no lo merezco.
Lucia: Por supuesto que te lo mereces.
Silverio: ¿Qué merezco? Eso es arrogancia.
Lucia: Tu falta de humildad es arrogancia, Silverio. Siempre haces lo mismo. Trabajas y te escondes en un rincón durante años, y cuando muestras tu trabajo, obtienes reconocimiento, te amargas, te rindes, te deprimes y te haces la víctima.
Silverio: Lo sé.
Lucia: Es agotador, Silverio.
Silverio: Hay muchas cosas que me gustaría cambiar, pero no puedo. Y créeme, lo he intentado.
Lucia: Tu síndrome del impostor es patético.
 

 

 

 

 

 

Camila: Mateo no es el único en Bardo, Pa.
Silverio: A veces siento que todos estamos con él. Camila, tu familia siempre estará aquí. Tu casa está aquí, tus abuelos...
Camila: Papá, para, estoy bien. ¡Solo estoy triste! Y eso está bien. Sentirse triste es bueno para ti a veces. Pero siempre quieres arreglar las cosas, explicarlas. Algunas cosas simplemente son lo que son.

 

 

 

Si conoces otras frases, diálogos o monólogos que destacar de la película Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (Alejandro González Iñárritu) deja tu comentario ;)