22 marzo 2012

Pi (Darren Aranofsky)


De niño mi madre me decía que no mirase nunca al sol. A los seis años, lo hice. Su brillo me deslumbró, pero eso ya lo había visto. Seguí mirando, tratando de no pestañear. La brillantez fue desapareciendo. Mis pupilas se contrajeron y pude verlo todo claramente. Por un momento lo comprendí.

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