Dr:
Shultz: Y eso me lleva a ti. Debo admitir que me encuentro en un dilema. Aunque
es cierto que desprecio la esclavitud, necesito tu ayuda, y si no estás en
posición de negarte, mejor. Así que por el momento, usaré tu condición de
esclavo en beneficio propio. No obstante, al decir esto, siento remordimientos.
En fin, quisiera que ambos llegáramos a un acuerdo.
Dr.
Shultz: En cuanto a ustedes, pobres diablos, según lo veo, en esta situación ustedes
tienes dos opciones. Una: Pueden cargar al último Speck hasta el pueblo más
cercano. Que queda como a 68 kilómetros. Dos: Pueden quitarse los grilletes
(les lanza las llaves), tomar ese rifle, meterle una bala en la cabeza,
enterrarlos a los dos bien profundo y mudarse a un área más “iluminada” de este
país. La decisión es de ustedes… Ah, y si hay algún aficionado a la Astronomía
entre ustedes, la Estrella Polar es esa de ahí.
Dr.
Shultz: Buen hombre, ¿ese ademán es simple furor del momento o de veras intenta
asesinarme?
¿Cómo
te llamas?
Django
¿Cómo
se deletrea?
D-J-A-N-G-0.
La D no suena.
Lo sé.
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