Frases y Diálogos de la película "About Endlessness" (Sobre lo infinito). Director: Roy Andersson, Guión: Roy Andersson, Fotografía: Gergely Pálos.
Varias veces menciono que una película tiene influencia del cine de Roy Andersson, porque en efecto, ha sido un estilo bastante copiado pero que a la vez es único del gran director sueco. Me pasó hace poco con la película más reciente de Rúnar Rúnarsson (Echo), pero ahora hablaré de la película más reciente del maestro sueco. "About Endlessness" es una de las películas que más esperaba ver desde el año pasado, se estrenó en el Festival de Venecia 2019, donde logró el León de Plata al mejor director.
La película es una nueva maravilla. Inspirada en el cuento de "Las mil y una noches" (como lo puede ser cualquier película de Andersson), presenta un mosaico de historias, personajes y escenas en un plano fijo dentro de la Suecia actual, quienes representan distintas etapas, momentos o emociones de la vida. Desde los más luminosos hasta los más tristes y dolorosos.
Narrada a través de pequeñas frases descriptivas, microrrelatos o breves haikus por una aparente Scherezada moderna, donde primero se nos muestra una escena y luego la voz femenina describe, siempre iniciando con un "Vi a una/un....", la situación de la escena desde una perspectiva especial. Esa dinámica me hizo entrar en un juego, donde yo intentaba apreciar la escena y tratar de adivinar lo que la voz describiría exactamente. Nunca coincidimos, aunque me acercaba bastante. La descripción de la narradora siempre era más sencilla y directa. Y creo que es un juego que se le propone al espectador, y que siempre exige el cine de Andersson: observar y apreciar su composición de la escena, que es tan importante. Porque nada es gratuito y todo está significando algo. Por eso él suele detener en el tiempo la escena por unos segundos, simulando una fotografía. Es un detalle siempre presente en su cine, esa especie de trance o de momentos capturados justo cuando los personajes se encuentran ensimismados en alguna reflexión conjunta, que suele darse normalmente cuando escuchan una melodía o ven algo, pero los trances de los personajes del director normalmente lo están porque sí.
Hay escenas duras, tiernas y tristes, reales y otra un poco mágicas y oníricas. Y los personajes y la descripción que se hace de ellos, siempre alude a que han perdido algo, o que no lo han encontrado, o no han sido perdonados, sobre la pérdida de la fe (que es uno de los personajes que se repite), sobre la soledad y el existencialismo en el hombre moderno, que es otro de sus grandes temas en su cine. Es un teatro, las comedias y las tragedias de la vida danzando y exhibiendo los matices en la humanidad del ser humano.
Hay también una especie de circularidad, porque la primera historia y la primera escena conectan con las últimas. Un personaje afectado porque un amigo del pasado no lo saluda por un pequeño problema del pasado que no ha superado. Y es creo que la única ocasión donde la descripción de la escena antecede a la acción. Otra escena de dos jóvenes hablan de las leyes de la física, de que la energía es infinita, nunca se destruye sino que se transforma. Así como las historias y esta exploración de lo infinito del autor. Porque las historias toman distinta forma de acuerdo a la perspectiva del narrador y del observador. O el que cuente y el que escucha. Es un constante flujo de la energía de la imaginación y la creación.
Andersson siempre incluye temas sociales que describen a la sociedad, que trasciende a la sociedad sueca y se hacen universales. Porque la sutileza y maestría de su cine es universal. Aunque nos presente a estos personajes pálidos, ausentes y anodinos, que se encuentran simplemente contemplando su existencia y el abismo de la vida. Una serie de fragmentos, un mosaico y collage lleno de vida, tragicomedia, humanidad y maestría.
- Tener pesadillas no es nada extraño. Todos las tenemos a veces. No hay que avergonzarse por eso. He tenido muchos pacientes que tuvieron todo tipo de pesadillas. Pero esta, no la he encontrado antes.
- No es el sueño más agradable, debo decir.
- No... Y dígame, ¿es un sueño recurrente?
- Sí.
- Obviamente, algo le está abrumando. ¿Tiene alguna idea de lo que podría haber pasado para desencadenar ese sueño?
- Sí... Fue cuando empecé a perder la fe. A no creer más en Dios.
- Oh, Dios mío... Pero usted es un sacerdote, ¿no es así?
- Sí, es mi medio de vida. Es mi trabajo. Predicar la palabra de Dios.
- Sin creer en lo que predicas. Esa no es una situación agradable, tengo que decir.
- No.
- Pero... ¿podría ser que Dios no existiera realmente?
- No, eso sería terrible.
- ¿En qué más creerías?
- Ni idea.
- Tal vez ya deberíamos estar contentos con estar vivo. Así es como yo lo veo.