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12 junio 2014
The Grand Budapest Hotel (Wes Anderson)
Frases y Diálogos de la película "The Grand Budapest Hotel". Director: Wes Anderson, Guión: Wes Anderson (Historia: Wes Anderson, Hugo Guinness), Música: Alexandre Desplat, Fotografía: Robert D. Yeoman. La más reciente película del reconocido director estadounidense, estrenada a inicios de año en el Festival de Berlín, donde alcanzó el segundo premio en importancia: El Gran Premio del Jurado. La película, que es una deliciosa e ingeniosa comedia cuenta una historia en tres tiempos, centrada la mayor parte en el pasado, en plenos años 30, un poco antes del inicio de la guerra, tiene como eje central el Gran Hotel Budapest, donde todos los personajes se desenvolverán entre intrigas, venganzas, homicidios, condenas, amor y amistad. Me ha parecido una maravilla de principio a fin; Anderson sigue demostrando que puede coger cualquier historia y dotarla de su inconfundible y particular estilo, que acá alcanza nuevas cumbres. Mezcla de ficción con realidad, un guión brillante escrito por el mismo Anderson, que confesó haberse inspirado en los escritor del escritor austríaco Stefan Zweig, notable dirección, ambientación y montaje, donde abundan como es característico el estilismo y perfeccionismo del director en las tomas uniformes e impecables. Y un reparto de lujo, con sus habituales colaboradores, pero donde se lucen especialmente, el gran Ralph Fiennes (que está de premios) y el otro grande F. Murray Abraham, aunque no sale mucho, pero todo el reparto brilla como siempre. Una aventura excelente e imperdible, divertida, sarcástica, con una gran profundidad dentro de todo el espectáculo con que Anderson adorna sus filmes. Muy recomendada, de lo mejor del año.
M. Gustave: ¿Qué es un botones? Es completamente invisible y, a la vez, siempre está a la vista. Recuerda lo que la gente detesta. Se anticipa a las necesidades de sus clientes antes de que sean necesidades. Un botones es, ante todo, discreto en extremo. Nuestros huéspedes saben que sus secretos… algunos francamente indecorosos… nos acompañarán a la tumba. Así que, boca cerrada, Zero.
Zero: Sí, señor.
M. Gustave: Eso es todo por ahora.
M. Gustave: No es poca cosa ganarse la lealtad de una mujer así 19 temporadas consecutivas.
Zero: Sí, señor.
M. Gustave: Me tiene mucho cariño, ¿sabes?
Zero: Sí, señor.
M. Gustave: Pero jamás lo había visto así.
Zero: No, señor.
M. Gustave: Se estremecía como un perro defecando.
Zero: Es verdad.
M. Gustave: Corre a la catedral de Santa María. Compra una vela sencilla. Guarda cuatro klubecks de cambio. Enciéndela en la sacristía, reza un poco… y cómprame un courtesan au chocolat… Si sobra dinero, dáselo al limpiabotas cojo.
Zero: De inmediato, señor.
M. Gustave: Aguarda. ¿Quién eres?
Zero: Soy Zero, el nuevo botones.
Zero (Sobre M. Gustave): Comencé a ver que algunos de los huéspedes más valiosos y distinguidos… venían por él. Al parecer era una parte esencial de sus deberes… pero creo que también era un placer. Los requisitos siempre eran los mismos. Tenían que ser ricas… mayores… inseguras… vanidosas… superficiales… rubias… absorbentes. Él era, por cierto… el hombre más perfumado que jamás había conocido.
Mr. Moustafa: Admiro su trabajo.
Autor: ¿Disculpe?
Mr. Moustafa: Dije que conozco y admiro su maravilloso trabajo.
Autor: Gracias, es muy amable, señor.
Mr. Moustafa: ¿Monsieur Jean le compartió una o dos cosas respecto al anciano propietario de este recinto?
Autor: Debo confesar que yo mismo le interrogué respecto a usted.
Mr. Moustafa: Monsieur Jean es muy capaz… pero no podemos alegar que sea un concierge de primera, ni siquiera de segunda. Pero helo aquí. Los tiempos han cambiado.
Autor: Los baños termales son muy hermosos.
Mr. Moustafa: Lo eran en su estado inicial. Fue imposible mantenerlo. Muy decadente para los gustos actuales. Pero yo amo de cualquier modo estas ruinas fascinantes.
Autor: ¿Cómo fue que lo compró, si me permite preguntar? El Gran Budapest.
Mr. Moustafa: No lo compré. Si no pregunta solo por cortesía, y si es el caso, debe decírmelo… sino que le interesa genuinamente, ¿puedo invitarlo a cenar esta noche? Y será un placer, y un privilegio contarle mi historia. Tal como es.
M. Gustave: Te haré una entrevista oficial.
Zero: ¿Voy antes a encender la vela, señor?
M. Gustave: ¿Qué? No... ¿Experiencia?
Zero: Hotel Kinski, ayudante de cocina, seis meses. Hotel Berlitz, limpieza, tres meses. Antes fui lavaplatos…
M. Gustave: Experiencia: cero. ¿Educación?
Zero: Sé leer y escribir. Comencé la escuela primaria. Por poco…
M. Gustave: Educación: cero. ¿Familia?
Zero: Cero.
M. Gustave: ¿Por qué quieres ser botones?
Zero: Pues… ¿quién no querría serlo en el Gran Budapest, señor? Es una institución.
M. Gustave: Muy bien.
Hombre: ¿Quién es Gustave H.?
M. Gustave: Temo que soy yo, querido.
Dmitri: ¡Ese maldito marica! Es un concierge. ¿Qué hace aquí?
M. Gustave: Vine a rendirle honores a una gran mujer a la que amaba.
Dmitri: ¡Este hombre es un intruso en mi casa!
M. Gustave: Aún no es tuya, Dmitri.
Dmitri: Cuando se otorgue la sucesión y “Niño con manzana” no será tuyo, maldito mariquita.
M. Gustave: ¿Crees que con eso me vas a ofender?
Dmitri: ¡Llamen a la policía! Levantaremos cargos. Este criminal ha fastidiado a mi familia desde hace 20 años. Es un aventurero despiadado, un estafador que asedia a ancianas inestables y enfermas. Y probablemente se acuesta con ellas.
M. Gustave: Me acuesto con todas mis amigas.
Dmitri: Si le puso un dedo encima a mi madre, viva o muerta… juro que lo degollaré. ¿Me oye?
M. Gustave: ¿No se supone que soy un maldito marica?
Dmitri: Lo es, pero es bisexual.
(Gustave y Zero apreciando el cuadro “Niño con manzanas” en el estudio de Dmitri)
M. Gustave: Este es el exquisito retrato de Van Hoytl… de un bello joven en el umbral de la madurez. Rubio, suave, su piel blanca como la leche. De alta cuna. Uno de los últimos en colecciones privadas y, sin duda, el mejor. Es una obra maestra. Lo demás que hay aquí es basura.
Zero: ¿Qué sucedió?
M. Gustave: Lo que sucedió, querido Zero, es que le di una golpiza a un enano llorón llamando Pinky Bandinski que osó cuestionar mi virilidad, porque de las novelas rosa hemos aprendido que en un lugar así nunca debes ser una gallina. Debes darte tu lugar desde el primer día, ganarte su respeto. Debiste ver cómo estaba la cara de él esta mañana. De hecho, nos hicimos buenos amigos. Ya lo conocerás, espero.
M. Gustave: Ella era dinamita en la cama, por cierto.
Zero: Ella tenía ochenta y dos.
M. Gustave: He tenido mayores.
M. Gustave: Aún hay vagos destellos de civilidad en este matadero salvaje que alguna vez fue humanidad. Es lo que nosotros brindamos a nuestro modo humilde, insignificante… Oh, al diablo.
M. Gustave: La arrogancia es sólo una expresión del miedo. La gente teme no obtener lo que desea. Las personas más temibles y poco atractivas… sólo necesitan que las amen… y se abrirán como una flor. Me recuerda un verso: “El pintor tocó el rostro incipiente con ligeras pinceladas y con el rubor del primer color dio vida a su mejilla inerte”.
M. Gustave: Ella es encantadora. Ella es tan encantadora.
Zero: ¿Está coqueteando contigo?
Agatha: Sí.
M. Gustave: Apruebo esta unión.
Autor: Es un error extremadamente común: La gente cree que la imaginación del escritor siempre trabaja… que inventa constantemente una infinidad de incidentes y episodios que simplemente sueña sus historias de la nada. La realidad es que sucede lo contrario. Cuando el público sabe que eres escritor… ellos te proporcionan personajes y hechos. Siempre que conserves la capacidad de observar y escuchar con atención… las historias continuarán… (Un niño interrumpiéndolo) ¡Basta! ¡Basta! ¡No hagas eso!... continuarán buscándote a lo largo de toda tu vida. Aquel que con frecuencia ha contado las historias de otros… muchas historias se le contarán.
Si conoces otras frases, diálogos o monólogos que destacar de la película The Grand Budapest Hotel (Wes Anderson) deja tu comentario ;)
Comentario sobre la película (A.S.B Virtual Info)
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