Frases y Diálogos del Documental: Listen to Me, Marlon. Director: Stevan Riley, Guión: Stevan Riley, Peter Ettedgui, Fotografía: Ole Bratt Birkeland. Esperado documental, producto de un excepcional archivo archivo personal del gran e icónico actor, Marlon Brando, quien grabó archivos de audio durante muchos momentos de su vida. Era como su diario personal y privado en forma de audio. El director británico Stevan Riley, consciente de la enorme responsabilidad que tenía con ese valioso material, dirige y hace la edición de este estupendo documental, que sin dudas me parece una Obra Maestra. Creo que nunca he visto un documental que retrate a una estrella o un famoso de una forma tan íntima y sincera, repasando su luz, su oscuridad y su lucidez. Y esto es posible, gracias a que el mismo Marlon nos habla y nos cuenta su historia privada. Este material, que nos muestra un Brando herido, exitoso y con una gran inteligencia y lucidez que desarrolló a lo largo de su vida y sus diversas experiencias. Riley hace un excelente trabajo también en el montaje de todo este material con imágenes acordes que dan brillo a la narración. Me ha sorprendido muy gratamente, y ciertamente me sorprendió conocer aspectos de la vida de Brando y su forma de pensar. Y curiosamente, contrario a lo que pasa, nuestro interés, o al menos el mío, no se centró en las crónicas sobre sus películas famosas y sus relaciones con directores y actrices, sino en conocerlo como persona y ser humano… y a la vez dando una lección de humanidad, fortaleza y sabiduría a todos los espectadoresm y aspirantes a actores. Después de conocer este documento, aunque igual antes también lo pensaba, Brando es el más grande actor de todos los tiempos, y este documental, una joya imperdible. Tuvo el primer lugar entre mis documentales favoritos del 2015.
Me hice actor por accidente. Fui a la Nueva Escuela por Investigación social, es una institución extraordinaria de aprendizaje. Mis profesores eran todos judíos, porque la Nueva Escuela era un espacio abierto a los judíos que escaparon de Hitler. Eran personas muy respetadas. La crema y nata académica. El control sobre tu vida empieza con esta clase. Estudié con una mujer que se llamaba Stella Adler. Era una estupenda actriz, una actriz maravillosa. El olor del maquillaje de teatro y el encanto de la experiencia teatral surgían en su técnica de enseñanza. La obra no tiene nada que ver con palabras. No interpretas palabras, interpretes con el alma. Era muy tímido cuando era un niño. Sensible, muy sensible. En el teatro el actor es el jefe. Va contra la naturaleza humana abandonar. "No tengas miedo", decía. "Tienes derecho a ser quién eres, dónde eres y cómo eres". Se está en un estado de honestidad ahí arriba. Te permites sentir cosas, sentir amor o rabia. Di en voz alta lo que te atormenta. Todos tenemos una historia que contar, algo que ocultamos. No traigas nada al presente que no tenga el pasado.
“Desarrollamos una técnica para actuar muy, muy pronto. Incluso cuando somos niños, cuando arrojamos nuestros cereales al piso solo por la atención de nuestras madres. Actuar es sobrevivir”
“Gasté miles y miles de dólares en psicoanalistas, y esos tipos no hacen absolutamente nada sino bombardear y desarmarte el cerebro. La vida me dio la verdad y se llevó a cambio lo que quedaba de mi juventud. Me llevó un tiempo darme cuenta, que debes ser tu propio analista. A menos que miremos hacia dentro, no seremos capaces de ver claramente hacia fuera... Nadie nace siendo malo. La mayoría simplemente está superando malos hábitos emocionales establecidos en los primeros diez años de su vida”
Durante toda mi vida siempre he sentido que tenía que ser libre. De pie en ese tren era libre. Me gustaba ponerme de pie y escuchar los raíles. (…) Llegué a Nueva York con agujeros en los calcetines y también en la mente. Recuerdo que me emborraché, me tumbé en la acera y me iba a dormir. A nadie le importaba… Siempre he sido alguien con una insaciable curiosidad por la gente. Me gustaba caminar por las calles y mirar sus caras. Solía ir a la esquina de Broadway con la calle 42 a un estanco Optimo. Observaba a la gente durante tres segundos según pasaban e intentaba analizar su personalidad solo con ese vistazo. La cara puede esconder muchas cosas. Y la gente siempre esconde cosas. Me interesaba adivinar las cosas que la gente no sabía sobre sí misma. Lo que sienten, lo que piensan, por qué lo sienten. ¿Por qué nos comportamos de la forma en que lo hacemos? ¿Cuál es la respuesta? ¿Hay alguna respuesta? Hay algo que necesitas profundamente. Algún tipo de contacto, alguna experiencia que te dé una sensación de realización. Tenía una gran sensación de ineptitud, de que no sabía lo suficiente, de que no tenía suficiente educación. Me sentía tonto.
Esa fotografía de ahí. Es un retrato de mi madre cuando tenía unos 40 años. Era una persona maravillosa. Por ejemplo, disfrazaba a una oca que teníamos de Papá Noel. La hacía pasar por Papá Noel, hacía un pequeño disfraz rojo y una barba y todo eso. Era una mujer muy artística y con mucha invención. La echo mucho de menos. Mi madre me aportó un sentido de lo absurdo. Tenía dentadura postiza. Alguna vez se reía. Mientras se reía, la dentadura se le salía de las encías. Cuanto más me reía, más gracioso le parecía y acabábamos partiéndonos de risa. Mi madre me enseñó a amar la naturaleza, y a sentirme cercano a los animales. Era imposible pensar en algo que no pudiera tocar al piano. Imposible. Me gusta pensar en ella. Me gustaba el olor a licor en su aliento. Y su respiración es muy, muy dulce. Es una fragancia agradable. Mi madre era alcohólica. Vivíamos en una ciudad pequeña y mi madre era la borracha del lugar. Empezó a diluirse y a raerse al final. Y mi madre no estaba. Se había ido a algún sitio, no sabíamos dónde estaba. Tenía que ir a sacarla de la cárcel. Recuerdos que incluso ahora me llenan de enfado y vergüenza. (…) Stella me invitó muy amablemente a su casa. Entonces me convertí en parte de su familia. Cuando estaba sufriendo y muy dislocado, desorientado en mi vida, ella siempre fue muy cariñosa conmigo. No había hecho nada en mi vida en lo que me hubiesen dicho que era bueno. Me puso la mano en el hombro y me dijo: "No te preocupes, mi chico". "Lo que he visto en ti, el mundo va a saber de ti".
“La vida es una sombra que camina, un pobre actor que en escena se arrebata y contonea, y nunca más se le oye. Es un cuento que cuenta un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa... nada”.
Brando ganó un Óscar por su actuación en la película de 1954, “La ley de silencio”. Ya era aclamado como el mejor actor americano de la historia. Puedes apostar que el impacto de Marlon Brando en el mundo de la actuación se seguirá sintiendo dentro de 500 años.
Nunca tuve dinero. Mi padre era viajante de comercio. Trabajé más en seis meses que él en diez años. Él todo lo medía por dinero. No podía entender cómo su hijo rarito podía hacerlo. Si tengo que hacer una escena y tengo que estar enfadado, debe haber en ti mecanismos detonantes que lo accionen, que estén llenos de desprecio por algo. Yo pienso en mi padre pegándole a mi madre. Tenía catorce años. Mi padre era duro. Peleaba en los bares. Era un hombre sin mucho amor propio. No estaba en casa, bebía e iba de putas por todo el Midwest. Solía abofetearme, y sin ninguna razón aparente. En ese momento me sentía muy intimidado por él. Cuando las cosas son muy dolorosas para ti, no las quieres en tu conciencia, quieres olvidarlas. Puedes imaginar tener que ir a un sitio cada noche y pasar por todo eso, amargarte a ti mismo... Tener que llorar o gritar o ser ruin de algún modo, eso es trabajo. Eso es trabajo duro. La gente me asociaba constantemente con mi papel (Un tranvía llamado deseo), así que era difícil creer que no comía en el suelo, o que, bueno, que no corría por la calle sin los zapatos, así que ha sido difícil superar eso. No tengo nada de Stanley Kowalski. Odio a ese tipo de hombre. Odio profundamente a esa persona y no me identifico con él. El oscuro y bruto personaje que representaba bestias y animales. Me mandaron a un psiquiatra. Pensaron que se me estaba yendo la cabeza. Stella me dijo que si iba al teatro y sentía el 100 %, que mostrara el 80 %. Si vienes y sientes el 60 %, muestra el 40 %. Si vienes al teatro y solo sientes el 40 %, mejor vete a casa.
Shakespeare dijo: "No hay un arte que descubra en un rostro la construcción del alma". Y debería existir un arte así. Cuando la cámara se te acerca, tu cara es el escenario. Tu cara es el proscenio del teatro, a nueve metros de altura. Y ve todos los pequeños movimientos de la cara y el ojo y la boca. Tienes la intensidad de actuar. Tenía muchas ganas de hacer películas, para poder cambiarlo en algo casi cierto. Y estaba convencido de que podía hacerlo. En los años 30 y 40 había una forma panicular de actuar. Sabías a quién ibas a tener cuando ibas al cine. Gary Cooper avena. Salvado de trigo Bogart. Clark Gable Copos de maíz. Eran como cereales de desayuno. El mismo en cada papel. Gestos de angustia y desesperación, y ese tipo de interpretación se hizo absurdo. Lo sorprendente es que la gente no se da cuenta. (…) Todas las películas hoy día, toda la interpretación procede de Stella Adler. Stella, que habló mucho del Método de interpretación. ¿Qué es exactamente el Método? Vale, empecemos desde el principio. Stella fue a París y estudió con Konstantin Stanislavsky, el gran maestro ruso, trajo su experiencia y conocimientos de esta forma particular de actuar. Realidad, realismo, llevado a cabo por un actor que alcanza la verdad. Es la técnica más moderna. Todo lo que haces, hazlo lo más real posible. Hazlo vivo, hazlo tangible, encuentra la verdad de ese momento. Stanislavsky lo entendió. Y el estilo de actuar cambió por completo. La primera película que hice se llamaba Hombres. Hacía de parapléjico y viví en un hospital con parapléjicos durante tres semanas. Lo físico es algo difícil. Pasé mucho tiempo estudiando todo lo que hacían. Quería ver cómo se sentaban y levantaban de las sillas. La forma en que se arrastraban de un lugar a otro. Los parapléjicos hacen las cosas más increíbles. Carreras con sus sillas, he visto a tíos andar sobre las manos. 0 hacer dominadas con un brazo, pueden hacerlo todo. Tienes que conocer el tema, tienes que conocer el personaje. Ponerte en un estado mental distinto. Cómo se sienten, cuáles son sus frustraciones, saber que no podían tener sexo. ¿Qué voy a hacer, dónde voy a ir? Ya no puedo salir más. Solo se sienta ahí y macera su mente. El intelecto; eso es todo lo que tiene. Pones el corazón en ello. Te levantas emocionalmente. Por la noche pienso en ello, sueño con ello y me despierto siendo absorbido por ello. La gente tiene rutinas: rutinas de actuación, de baile, de pintura. Lo mismo una y otra vez. Todo es un lugar común. Cuando un actor se toma algo más de tiempo y camina hacia la puerta, sabes que va a parar, se va a girar y va a decir: "Francamente, querida, me importa un bledo". Nunca permitas que el público sepa por dónde vas a salir. Cógelos en tu tiempo. Y cuando llega ese momento y todo está bien, entonces lo dejas volar. Dales, derríbalos. Con una actitud, con una palabra, con una mirada. Sé sorprendente. Averigua una forma de hacerlo que nunca se haya hecho antes. Tienes que sacrificar algo, hacer algún movimiento. ¿No sabes de lo que estoy hablando? Quieres parar ese movimiento dela palomita a la boca. Hacer que la gente deje de masticar. La verdad hará eso. Cuando está bien, está bien. Puedes sentirlo en los huesos. Te sientes completo, te sientes bien.
Nunca intenté ser como mi padre, pero uno coge involuntariamente las características de sus padres. Cuando mi padre murió, me imaginé a mi padre de hombros caídos caminando hacia la eternidad. Se giró y dijo: "Lo hice lo mejor que pude, hijo". Al final perdoné a mi padre, porque me di cuenta de que era un pecador por él. Pero él era un pecador, porque su madre le abandonó cuando tenía cuatro años. No tuvo oportunidad. Y mediante la introspección y el análisis de mi mente, siento que me estoy acercando al común denominador de lo que significa ser humano. Todos somos capaces de odiar, todos somos capaces de amar. Si nos inclinamos hacia un lado u otro, podemos ser asesinos o podemos ser santos. He meditado mucho. El resultado es que me he sentido mucho más calmado y he tenido momentos de auténtica tranquilidad.
El negocio de la narración es muy extraño. No siempre sabes cuándo eres bueno. La gente te va a mitificar sin importar lo que hagas. Hay algo absurdo sobre eso, que la gente vaya con dinero ganado con su sudor a una habitación oscura en la que se sientan y miran a una pantalla cristalina en la que aparecen imágenes que hablan. Y el motivo por el que no hay luz en el cine es porque tú estás ahí con tu fantasía. La persona de la pantalla está haciendo todo lo que tú quieres hacer, está besando a la mujer que quieres besar, pegándole a la gente que quieres pegar, siendo valiente de una forma que a ti te gustaría. El público se prestará al tema. Creará cosas que no están ahí. Hay veces que sé que actué mucho mejor que en esa escena de La ley del silencio. No tiene nada que ver conmigo. El público hace el trabajo, ellos hacen la interpretación. Todo el mundo siente que es un fracaso, todo el mundo siente que podía haber sido un aspirante. Inferioridad. Siempre he estado muy cercano a ello.
Si conoces otras frases, diálogos o monólogos que destacar del documental Listen to Me, Marlon (Stevan Riley) deja tu comentario ;)
@CineenFrases
@alejandros17.89
"Escucho a gente decir lo orgullosa que está de que su hijo haya muerto en Vietnam al servicio de su país. Que padres tan tontos son que en lugar de alterar su sistema de creencias prefieren matar a sus hijos."
ResponderEliminarEn el contexto del segmento sobre Apocalipsis Now y Coppola.
Perfecto
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